Estados Unidos
El síndrome de China
China está, al parecer, en las antípodas de Estados Unidos, y nuestro zombi-presidente (políticamente hablando), en las del sentido común y la practicidad. No quiere nucleares, pero le compramos carísima la energía nuclear a Francia. Invertimos en energías renovables y limpias. Y yo me pregunto, ¿qué renuevan?, aparte del aire que mueven las aspas. Los ecologistas de salón, inventores de consignas tales como «Nucleares, no gracias», me recuerdan a esos que, oponiéndose a la matanza de animales destinados a confeccionar abrigos de piel, se zampan buenos filetes. Demagogia política a costa de la ignorancia del personal. Es fácil inocular el miedo y sesgar la opinión de la gente, haciéndola ir en la dirección que al Gobierno le conviene. ZP quería acabar con el hambre en el mundo, ¡ja! De momento, va acabando con los puestos de trabajo y las empresas, por lo que podemos acabar muertos de hambre, que no es lo mismo. Este Gobierno vive de ocurrencias y consignas publicitarias. Desmantelar España es su objetivo para podernos tener bajo su dominio, por eso Garoña no podía escapar a su voracidad devastadora cual Atila, que por donde pasaba no volvía a crecer la hierba. En España no volverá a crecer el empleo a no ser que renovemos la energía política, echemos a los sociolistos, y apostemos por la limpieza, honestidad, profesionalidad y sensatez de unos políticos a los que deberíamos poder pedir cuentas y cesar antes de que arruinen el país. Cerrar Garoña es otra idea «bombilla» de «sanZPdelasruinas».
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