Barcelona

El ala independentista se lanza al asalto del PSC

Montserrat Tura se enfrenta a Pere Navarro mientras dos históricos se alejan del partido

Pere Navarro, ayer, durante la reunión extraordinaria de la ejecutiva del PSC
Pere Navarro, ayer, durante la reunión extraordinaria de la ejecutiva del PSClarazon

BARCELONA- No son tiempos fáciles para los socialistas catalanes, a quienes las elecciones autonómicas del 25 de noviembre les ha cogido a «pie cambiado», tal y como ellos mismos admiten. El PSC busca fijar un rumbo claro desde hace meses, pero las múltiples voces que anidan en el partido –y que se multiplican en los medios– impiden que así sea. Una de las más activas en este sentido, la ex consejera Montserrat Tura, piensa dar la batalla hasta el final para provocar un giro en el PSC y conducirlo a posiciones más catalanistas. Tura, a quien nunca le ha importado arriesgar, presentará mañana su candidatura ante el consejo nacional del PSC para convertirse en candidata a la Generalitat.

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, es el gran favorito para ser proclamado candidato a la Generalitat. Todavía no ha conseguido dar la coherencia necesaria a su partido, pero forma parte de una dirección que controla resortes como el consejo nacional. Pese a no tener muchos números, Tura quiere presentarse por coherencia personal y porque es una de esas dirigentes hartas de verse en las quinielas de todo sin protagonizar nunca nada. Ya intentó ser la alcaldable del PSC en Barcelona, pero perdió contra Jordi Hereu. Mañana, probablemente, lo hará con Navarro, pero piensa seguir mostrando su disconformidad con la línea marcada por la dirección.

Tura –que fue consejera de Interior y de Justicia en los gobiernos de Pasqual Maragall y José Montilla– es una de esas dirigentes que se solivianta escuchando a José Bono, que representa prácticamente lo contrario que el ex presidente manchego y que apuesta por una autonomía completa del PSC, un partido «diferente» al PSOE, como muchas veces ha subrayado.

Enfrente tendrá a Pere Navarro, quien ayer anunció formalmente su candidatura desde Terrassa (Barcelona), donde es alcalde. Navarro se refirió al rumbo independentista que ha marcado el presidente de la Generalitat y explicó cuál es su postura: «Nosotros no queremos irnos de España. Queremos pactar una nueva relación, queremos el máximo autogobierno de Cataluña, pero en el marco de una España y una Europa federales».

Navarro no quiere irse de España y, probablemente, tampoco querría que rostros muy conocidos del PSC como Joaquim Nadal (ex consejero de la Generalitat y candidato a las autonómicas en 1995) y Ernest Maragall (hermano de Pasqual) se alejaran del partido. Pero así está sucediendo. Nadal no se va del PSC, pero toma distancia después de haber estado a un paso de votar la resolución pactada por CiU y ERC para impulsar una consulta sobre el estado catalán a lo largo de la próxima legislatura. Nadal no lo hizo, mantuvo la disciplina de voto (abstención) hasta el final, a diferencia del hermano de Maragall, un verdadero dolor de cabeza para el PSC durante los últimos años.

La fuga de dirigentes muy significativos en el PSC no hace más que confirmar que el congreso que el partido celebró en diciembre se cerró en falso. Que hay heridas abiertas y que no todas las familias –especialmente la filonacionalista– se sienten conformes en un partido que vive sus peores horas desde su fundación y que Alfredo Pérez Rubalcaba es incapaz de enderezar. Al fin y al cabo, es un partido «diferente» al PSOE, como dice Tura.

Navarro no hará primarias pese al mandato del partido
El PSC acostumbra a presumir de que, a diferencia de otros partidos, escoge a sus candidatos mediante elecciones primarias. El congreso del PSC consagró este sistema en su última reunión de diciembre, pero lo cierto es que la resolución ha quedado en papel mojado porque los socialistas catalanes escogerán a su cabeza de cartel como siempre lo han hecho, mediante una votación del consejo nacional –un órgano formado por unos 400 cuadros– que controla la dirección del partido.

Después de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, anunciara el pasado martes que las próximas elecciones catalanas se celebrarán el 25 de noviembre, la dirección del PSC no tardó en asegurar que no había tiempo para poner en marcha unas primarias que, por primera vez en la historia española, querían abrirse a ciudadanos sin carnet de militante. Montserrat Tura, que ya dejó entrever sus aspiraciones para ser candidato el pasado mes de agosto, ha reclamado hasta el último momento llevar a cabo algún remedo de primarias, colocando urnas en las agrupaciones del PSC por toda Cataluña.

Pero la dirección ha sido inflexible porque, asegura, es un proceso muy complejo. Su celebración hubiera cambiado bastante las cosas porque, a buen seguro, se habrían presentado al menos tres candidatos (Pere Navarro, Àngel Ros y Montserrat Tura). Otros como Rocío Martínez Sampere meditaban la posibilidad, pero no la habían decidido. El sueño de imitar al Partido Socialista Francés y su procedimiento de primarias, por tanto, queda para más adelante. Ahora la batalla es otra y consiste en hacerse un hueco en las listas, cuya confección no se prevé sencilla debido a las heridas abiertas que persisten en el PSC.