F. C. Barcelona
Aquel maravilloso año
Rexach, Stoichkov, Salinas y Eusebio recuerdan la final ante la Sampdoria y analizan al Manchester United
Madrid/Barcelona- La humanidad está llena de pioneros. Neil Armstrong fue el primer hombre en poner el pie en la luna. Sir Edmund Hillary sorprendió al mundo al coronar el Everest por primera vez. Charles Lindbergh cruzó el Atlántico en su Spirit of St. Louis sin parar cuando nadie antes lo había hecho. La historia del Barça también está llena de «primeras veces». Joan Gamper fundó el club, Samitier fue la primera estrella y Mariano Martín inauguró el capítulo de «pichichis» azulgrana. En Wembley, el club ganó su primera Copa de Europa y aquellos profesionales siguen siendo héroes para el barcelonismo.
Nadie ha olvidado lo que sucedió en 1992 y menos los integrantes del «Dream Team». «Había nerviosismo, pero también convencimiento de que lo conseguiríamos porque llevábamos muchos años haciendo las cosas bien», recuerda Eusebio. «Fuimos los primeros y eso no te lo quita nadie», apunta Julio Salinas.
La final de 1992 ante la Sampdoria se decidió por un gol de falta de Koeman en la prórroga, una acción imborrable en la memoria «culé». «Creo que cuando señaló la falta, los italianos se asustaron», desvela Salinas. «Era una jugada que habíamos ensayado el día anterior», subraya Stoichkov. Los jugadores formaron una enorme piña sobre Koeman cuando marcó, aunque alguno lo celebró de forma distina. «Miré a Zubizarreta y lo vi solo, así que me fui corriendo hacia él. Recuerdo que me abrazó como a un niño», relata Eusebio.
En los vestuarios del vetusto Wembley, Johan Cruyff mandó un mensaje muy claro a sus jugadores: «Salid y disfrutad». «Ahora suena muy bonito, pero la realidad es que durante el partido sufrimos más que nunca», explica Carles Rexach, mano derecha del «Flaco». «Ni me acuerdo si lo dijo, pero si lo hizo me entró por un oído y me salió por el otro. Estaba muy concentrado», cuenta Hristo Stoichkov, que no ha perdido un ápice de su mala baba.
El búlgaro cree que ahora «el Manchester United tiene más presión porque juega en casa» y sigue sin olvidarse del máximo rival: «Perder no sería un fracaso, fracaso es quien no ha podido jugar la final». Eusebio, por su parte, recurre a la figura de Guardiola para explicar los éxitos recientes del equipo azulgrana. «Todos sabíamos que iba a ser un gran entrenador porque reunía todas las condiciones. Era apasionado, analista, inteligente y trabajador; pero yo no esperaba que fuera tan inmediato», comenta el vallisoletano.
Julio Salinas considera que el Barcelona «no puede dejar pasar esta oportunidad, lo tiene todo para ganar esta final», mientras que Eusebio ve el partido muy igualado: «Son dos equipos muy estables, muy bien dirigidos y bien organizados». Esta noche se sabrá quién tiene razón. Wembley decidirá.
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