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Una nueva técnica aumenta los posibles trasplantes de hígado entre vivos

Un equipo de cirujanos de la Clínica Universidad de Navarra ha puesto en marcha, por primera vez en Europa, una técnica que aumenta entre un 15 y un 20 % el número de posibles trasplantes de hígado entre vivos.

El procedimiento, que utiliza como injerto la zona posterior del órgano del donante en vez del lóbulo hepático derecho o izquierdo, permite realizar trasplantes desestimados hasta la fecha por no presentar el hígado donante las características anatómicas adecuadas.


El equipo de facultativos de la Clínica que ha intervenido en este novedoso procedimiento está integrado por los doctores Fernando Pardo, Fernando Rotellar, Pablo Martí y Gabriel Zozaya, todos especialistas del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática.


En términos generales, la nueva técnica radica en obtener como injerto los segmentos posteriores del lóbulo derecho del hígado del donante, con lo que, según Fernando Pardo, "se abre un abanico de nuevas posibilidades de trasplante hepático que, hasta el momento, debido a las características anatómicas del hígado del donante, no eran factibles". "Por este motivo nos veíamos obligados a desestimar la posibilidad de realizar aproximadamente un 15 % de los trasplantes hepáticos entre vivos", ha apuntado Fernando Pardo.


Fernando Rotellar, por su parte, ha explicado que "debido a las características de los pacientes occidentales, normalmente es necesaria la extracción de un 60 % del hígado del donante para obtener un injerto adecuado para el receptor".


Dicha proporción hepática -un 60 % del órgano para trasplantar al receptor y hasta un mínimo del 30 % para mantener en el donante-, es la necesaria para que no se produzcan problemas de insuficiencia hepática en el postoperatorio, pero, en ocasiones, las características anatómicas del hígado del donante impiden mantener esta proporción y el trasplante de ese donante se debe desestimar.


El pasado 5 de abril el equipo de cirujanos de la Clínica abordó un trasplante de hígado entre vivos, en el que el lóbulo izquierdo de la donante contenía menos del 30 % de su hígado, por lo que no era factible llevar adelante la donación habitual ya que hubiese quedado con menos volumen hepático del necesario.


Siguiendo el protocolo estándar, el trasplante del injerto de la esposa-donante a su marido-receptor hubiese sido desestimado pero los especialistas observaron las características de los segmentos posteriores del hígado de la donante y confirmaron la posibilidad de practicar con éxito la intervención.


"En este trasplante en particular, la donante presentaba un sector posterior derecho hepático - los segmentos 6 y 7- con volumen suficiente para el peso del receptor. Se obtuvo un injerto con ambos segmentos, que para la donante suponían sólo un 40 % de su hígado", ha indicado el doctor Pardo.


La evolución de la donante y del receptor "fue excelente", de tal manera que obtuvieron el alta hospitalaria a los 7 y 13 días, respectivamente.