«Mou» reclama Zidanes y Pavones

MADRID- Ya está. Mourinho se ha cansado de que le tachen del malo de la película e incluso, desde abajo, se le den lecciones de en qué posición pueden jugar ciertos jugadores del Castilla, como si no los conociera o no se interesase por ellos, y ha explotado. Casi dos semanas a vueltas, primero, con quién tenía para suplir en el lateral izquierdo las bajas de Marcelo y Coentrao; después, que si teniendo a Nacho Fernández recurría a Essien (uno de los suyos), lo puede llegar a entender como cualquier otro debate periodístico, pero no que en él entrara el técnico del filial, Alberto Toril, y más aún para enmendarle la plana. «Nacho puede jugar en varias posiciones», dijo éste.

Llegado a este punto, Mourinho hizo ayer públicas las divergencias que alberga con Toril y, más allá, con la política de cantera del club. Armado con una lista de los jugadores del filial que cada técnico ha hecho debutar desde 1999, se erigió en el «campeón de los debutantes». 26, él, en las dos temporadas y el arranque de ésta, que lleva en el banquillo madridista, por 17 de la mejor época, entre 1999 y 2003. «Yo no soy el que ha cambiado una cierta dinámica del club. Todo lo contrario», dijo, en clara referencia a aquel ideal del Madrid de los «Zidanes y Pavones», que él respalda.

Porque, al César, lo que es del César... Mourinho entiende al filial como un reducto de apoyo al primer equipo. Siempre ha sido defensor de tener una plantilla corta, que rellena con jugadores del filial que le completan el tener a dos futbolistas por puesto, salvo la terna de la portería, y así formar 25. Su sintonía con el predecesor de Toril, Alejandro Menéndez, era muy buena, pero el club decidió presindir de él y traer un técnico que hiciera del Castilla un equipo ascensor, ya que el Barça B había ascendido a Segunda.

Ahora claro, las miras y la metas del filial son distintas a las necesidades del primer equipo. Mourinho probó en la pretemporada a Nacho Fernández y lo tiene en la plantilla como repuesto de Arbeloa en el lateral derecho, pero los planes de Toril son otros y en el Castilla lo hace jugar de central. Además, el primer equipo juega de una manera y el filial, de otra. Con todo esto, Mourinho quiso denunciar que las prioridades del mánager general del primer equipo, él, no son las mismas que las de Toril y que la preparación y el sistema de juego de los dos equipos no están acompasados, como a él le gustaría.

«Toril sabe internamente todo lo que he hablado con vosotros. Sabe que conmigo Nacho nunca será central, pero él tiene su autonomía y yo la respeto. Él tiene que decidir si es más importante terminar cuarto o décimo o ayudar a la progresión de un jugador en una posición que el entrenador del primer equipo considera fundamental. Él tiene su autonomía y me parece bien que la tenga, pero nosotros jugamos un sistema diferente a ellos, que tienen un modelo de juego distinto. Hay jugadores que juegan en el Castilla en posiciones que no existen en el primer equipo, como la posición nueve y medio de Jesé, porque no jugamos en 4-4-2. Hay pocos puntos de contacto en el modo de jugar y en ese sentido los chicos son un poquito perjudicados», explicó públicamente. Éstos son los puntos principales de animadversión, pese a que Mourinho añadió que no existe «ninguna guerra, ni existe un problema, ni nada con Toril».

«La ilusión del Alcoyano»
De hecho, para afrontar hoy la ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey frente al Alcoyano, Mourinho se ha dejado en Madrid a Casillas, Ramos, Pepe, Cristiano, Xabi Alonso y Özil, y viajaron a Alcoy siete canteranos. Adán y los tres del primer equipo que comparte con Toril, Jesús, Nacho Fernández y Morata, y tres novedades: Rubén Yáñez (portero), Álex y José Rodríguez (ambos centrocampistas).

Por temor a un «alcorconazo», Mourinho respeta al Alcoyano. «Pienso que no es fácil llegar y solucionar la eliminatoria en un campo lleno de motivación, de esperanza, creencia y de alegría de jugar este partido. No lo vamos a tener fácil».