El Madrid ya no existe (2-3)

El Real Madrid acabó lamentando el tiempo perdido, encerrando al Zaragoza en su área, buscando un gol que le permitiera al menos salvar un punto. Un mal menor contra un equipo que llegaba al Santiago Bernabéu metido en los puestos de descenso. Un esfuerzo tardío para recuperar la primera parte que había despreciado, igual que ocurrió contra el Sporting. Después, recurrió a Marcelo, Özil y Di María para intentar arreglarlo, pero ya era tarde.

Al brasileño le dio tiempo a demostrar, otra vez, que es un futbolista enorme. Su importancia en el equipo va mucho más allá de la que le corresponde a un lateral. Pero cuando apareció, era muy tarde. El Real Madrid tenía dos goles de desventaja ya cuando apareció en el campo.

Los dos equipos se habían encontrado sobre el césped para disputar un partido que a ninguno interesaba. Al Zaragoza porque lo veía imposible. Al Real Madrid porque lo veía insustancial. Fue sólo la inercia la que obligaba al Real Madrid a tener la pelota e intentar atacar y al Zaragoza a intentar defenderse con nueve jugadores. Sólo Lafita y Uche quedaban más adelantados a la espera de un pase que le permitiera correr al contraataque.

Pero el Zaragoza aprovechó un error de Casillas. Ni siquiera el portero era fiable ayer en el Real Madrid. Salió de su área a despejar un balón con el pie, no acertó y la pelota le cayó a la pierna izquierda de Uche, que tampoco supo qué hacer. Detrás estaba Lafita para marcar el gol que nadie esperaba. Una jugada ridícula, una escena de Benny Hill rodada en el Bernabéu, daba al Zaragoza una ventaja inesperada.

El Madrid no podía confiar ni en sus jugadores más seguros, ésos que dan tranquilidad cuando a sus compañeros les amenaza la locura. Porque después fue Carvalho el que hizo un penalti innecesario a Lafita que marcó Gabi. El portugués fue expulsado más tarde al ver la segunda tarjeta amarilla. Ahí tampoco encontró el Madrid una excusa.

Lafita era el hombre del Zaragoza, el único futbolista sobre el campo. Un jugador olvidado por demasiados entrenadores, incluido Aguirre, que ayer le dio la titularidad sólo porque no se imaginaba que podría ganar el partido en el Bernabéu. Suyo fue también el tercer gol. Un contraataque en el que tres futbolistas del Madrid intentaron frenar a Uche y dejaron libre a Lafita para llegar hasta el área. El nigeriano sólo tuvo que levantar la cabeza y ver a su compañero correr a su izquierda para regalarle el tercero,

Antes, el Madrid tuvo oportunidades para empatar. Benzema lanzó un disparo al larguero después de un gran control orientado con el pecho dentro del área. Y Ponzio hizo un penalti a Kaká que no vio Ayza Gámez. El francés, ridiculizado durante gran parte de la temporada, era uno de los pocos que demostraban la dignidad suficiente para empatar el partido. Como Marcelo y Özil, o como Granero y Canales antes de que los cambiara Mourinho. Pero el entrenador del Real Madrid prefirió mantener a Pepe como único medio centro. Un desastre en la administración de la pelota y en la gestión de los rechaces. Cada control era una aventura. Cada pase, una pérdida de balón. Pepe es uno de los hombres de Mourinho, uno de sus soldados incondicionales y seguramente interpretará mejor que Granero las instrucciones que su técnico les trasladó en un papel aprovechando la entrada de Marcelo.

Pepe es sólo un síntoma del desorden en que se ha convertido el Real Madrid. Mourinho, que acostumbra a tenerlo todo medido, ya tampoco sabe dónde situar a sus futbolistas, empeñado en reservar a sus jugadores fundamentales para una remontada casi imposible en el Camp Nou.

Mourinho consiguió primero que el Madrid acabara en él, que no hubiera nada por encima de su poder de decisión. Y ahora ha conseguido también que el equipo no exista en la Liga. Derrotas como la de ayer o como la del Sporting hacen que su único objetivo ya sea diferir la celebración del Barcelona. Ayer, el juego de su equipo tampoco demostró mucho respeto por esos aficionados a los que pidió su apoyo contra el Lyon y que ayer ignoraron a la lluvia y la pereza para ver otra derrota en el Bernabéu.

Ficha técnica:
2 - Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Carvalho, Garay, Nacho (Marcelo, m.53); Pepe, Granero (Özil, m.61), Canales (Di María, m.53); Kaká, Higuaín y Benzema.
3 - Real Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Lanzaro (Pinter, m.65), Da Silva, Obradovic (Paredes, m.46); Gabi, Ponzio, Jorge López; Lafita (N'Daw, m.89) y Uche.
Goles: 0-1, m.41: Lafita. 0-2, m.54: Gabi de penalti. 1-2, m.63: Sergio Ramos. 1-3, m.78: Lafita. 2-3, m.85: Benzema.
Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a Di María (59) por el Real Madrid, y a Jarosik (48), Jorge López (57), Doblas (58) y Diogo (87), por el Real Zaragoza. Expulsó a Carvalho, por doble amonestación (54 y 87).
Incidencias: encuentro correspondiente a la 34a jornada disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 67.000 espectadores. Los capitanes del Real Madrid Iker Casillas y Sergio Ramos ofrecieron a su afición la Copa del Rey.