Navarra

De viernes a viernes por Jesús María Zuloaga

La Razón
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Gerry Adams, señalado como uno de los jefes «políticos» del IRA irlandés, fue uno de los valedores de la Conferencia Internacional de San Sebastián de octubre de 2011, en la que, con tanta pompa como falta de tino, se declaró que el terrorismo que protagoniza ETA contra España es la «última confrontación armada de Europa». Ahora, ya son dos, tras el anuncio de ayer. Adams, que de tonto y mal informado no tiene nada, ya sabía que el terrorismo irlandés renacía, si es que alguna vez dejó de existir. Porque lo del «desarme» fue digno de una parodia del genial e inolvidable Gila.

 Se ha seguido, de forma errónea, una política de silenciar las acciones criminales (cada vez más frecuentes y con objetivo de causar muertes) que perpetraban los «grupos escindidos» del IRA. A los defensores del «proceso», urdido durante la anterior legislatura por nacionalistas y socialistas con ETA, a través de mediadores internacionales, no les convenía que se supiera la realidad. El IRA, puesto como ejemplo de cómo hay que hacer las cosas para acabar con el terrorismo, no ha logrado tal objetivo, sino sacar de la cárcel a sus presos y llevar a la «moqueta» a sus «políticos». Para los que hemos defendido que había que actuar con todas las cautelas (calificados por ETA en su último comunicado como «bloque completo para que la solución no avance»), otra evidencia de que estamos ante una maniobra estratégica de la banda criminal española. Este nuevo IRA, formado por la rama «auténtica», un grupo que lucha contra el tráfico de drogas y las Facciones Republicanas Independientes, tiene un gran parecido con ETA en cuanto al planteamiento general, tanto en los que se refiere a objetivos tácticos como estratégicos.

Los pistoleros irlandeses dicen en su comunicado que «en los últimos años la creación de una Irlanda libre e independiente ha sufrido un retroceso». ¿No les suena? Es lo que, con referencia a España y Francia, vienen proclamando tanto ETA como su entramado: el «proceso» (hacia la independencia del País Vasco, con Navarra) no avanza.

Lo que les ocurre a los terroristas irlandeses es que tienen superada la fase de amenazas, ultimátum y la rocambolesca y redundante didáctica de recordar que su «cese armado» es definitivo en la que aún está ETA, a constituir un nuevo IRA y anunciarlo el día que comienzan los Juegos Olímpicos en Londres.

Desde luego es una mala noticia, pero todo hay que sacar conclusiones, en especial aquellos «expertos» que hacen decir a sus superiores que lo de ETA es irreversible y que no habrá escisiones. No se trata de criticar, sino de pedir cautela. De momento, los del nuevo IRA anuncian ataques (querrán decir «nuevos ataques») dirigidos contra las Fuerzas de Seguridad y otros símbolos de la presencia británica (ETA, después de haber asesinado a centenares de policías y guardias civiles, pide ahora su expulsión del País Vasco y Navarra). Del acuerdo de Viernes Santo al viernes en que se inician los Juegos. Y Gerry Adams, dando lecciones de cómo tenemos que actuar los españoles. Cualquier día aparece por Bilbao y afirma que lo del voto de los expulsados por la banda es electoralismo.