Ventura arma el «Revuelo»

Diego Ventura dejó ayer claro quién ostenta la cima del rejoneo cortando cuatro orejas en su segunda tarde en Madrid gracias a una genial actuación en la que lució su sensacional cuadra encabezada por «Revuelo» y «Morante» en un domingo de resaca en Las Ventas tras la revolución de los tendidos en el colofón de San Isidro. Tarde a caballo, suelta, entre la feria del Patrón y el epílogo del Aniversario. Y también tarde de caballos en el patio de ídem en un atractivo festejo de rejones que no decepcionó tras el abono más sombrío de los últimos años. Razones había para ello. Y es que los centauros toreros han supuesto el oasis este San Isidro con las tres únicas puertas grandes. Precisamente, Ventura y Hernández volvían tras salir a hombros el pasado sábado. El hispano-luso fue el primero el golpear con el enclasado segundo. De hecho, noqueó la tarde de un zarpazo. No escatimó como en su primera comparecencia. «Maletilla» enceló muy ajustado de salida. «Revuelo» se hartó de dar auténticos muletazos por los adentros en los cambios de pista y «Distinto» perdió pasos hacia atrás hasta quebrar en la misma cara al encuentro. Sota, caballo y rey ganadores, que «Califa» convirtió en póquer de ases equinos matando certero, aunque caído, para desorejar al de Los Espartales y certificar su sexta puerta grande consecutiva en Madrid.Lejos de cubrir el expediente, atornilló las herraduras de «Chocolate» y recibió a porta gayola al manso que hizo quinto. Entonces, llegó el momento esperado. Al fin, tras dos tardes, «Morante» pisó Las Ventas. No defraudó y mordió a la res. Mordiscos voraces. Las dentelladas un Ventura que paseó otros dos orejas. Hernández arreó con «Amatista» y «Verdi» en banderillas, pero los mejores momentos llegaron con «Xarope» en tres rehiletes cortos al violín de cartel de toros. Menos afortunado estuvo en la suerte suprema, rejón muy trasero y atravesado, unido a una espera interminable, enfriaron demasiado al público. Ante el remiendo de Bohórquez, echó el resto con «Quieto», pero la espada roma le condenó a irse por primera vez de vacío este año.Sergio Galán completó el cartel en su único paseíllo en Madrid. El de Tarancón abrió plaza con un animal que barbeó en tablas hasta saltar al callejón, particularidad frecuente en esta divisa. Mansito, que pagó dichos esfuerzos, pero que le permitió exhibir a dos tordos de su cuadra: «Vidrié» y «Fado». Un rejón casi entero le valió un apéndice. En el cuarto, «Montoliú» no estuvo tan torero como otras tardes, pero «Ojeda» le suplió con creces pisando terrenos comprometidos siempre dando el pecho al toro. Un pinchazo dejó la oreja, sinónimo de puerta grande, en una mera ovación en el domingo de la resaca. De cuchillos largos. Con el abonado esperando a su «querida» Feria del Aniversario para tomar las armas de nuevo a la mínima oportunidad. Y es que algo huele mal en Madrid, cuando ni siquiera en las de rejones se lidian ya corridas completas...