Cataluña

Contra las cuerdas

La Razón
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Zapatero, un hombre solo. Nunca un presidente del Gobierno en la historia de la democracia se vio forzado a un copernicano giro en su política por presiones del exterior. Es el dardo que Mariano Rajoy le espetó en el debate parlamentario y que piensa utilizar lo que quede de Legislatura. En la cumbre con sus «barones» territoriales, el líder del PP quiere pulsar los efectos de las medidas del Gobierno sobre los colectivos que a partir de ahora verán mermados sus ingresos económicos.Las contradicciones en el Ejecutivo y en el PSOE son evidentes. Nadie se atreve a pronosticar si ZP será o no candidato. O si adelantará las elecciones, escenario que al PP le interesa. Pero los malos augurios, en medio de una posible agitación social por los recortes anunciados, parecen enrocar al inquilino de La Moncloa. Rajoy tiene puestas sus primeras esperanzas en Cataluña, donde la previsible victoria de CIU y un aumento de Alicia Sánchez-Camacho pueden variar la situación en el Congreso y las relaciones con el grupo de Durán i Lleida.Los dirigentes regionales del PP tienen orden de Rajoy de ir a por todas. Los efectos impopulares de las decisiones de Zapatero son un buen balón de oxígeno para cambiar algunos gobiernos autonómicos. En el PSOE lo saben y digieren a duras penas lo que se avecina estos días. La propaganda será tremenda, pero hay cosas que ya no se disimulan. De momento, en el PP la consigna es clara: ahora sí, Zapatero está contra las cuerdas.