Cara y cruz de la lluvia en la Región

MURCIA- Los cielos encapotados y la lluvia constante pero suave han irrumpido de nuevo esta semana en la Región de Murcia, permitiendo que las reservas de los embalses de Fuensanta y Talave, ubicados en la cuenca del Segura, registraran desde el pasado sábado 3 de noviembre un incremento de casi 22 hectómetros cúbicos, a los que habría que sumarle las lluvias acontecidas durante los últimos días. Mientras que las precipitaciones de ayer permitieron que el pantano lorquino de Puentes recogiera doce litros por metro cuadrado. De igual modo, las lluvias también dejaron esta misma cantidad, el miércoles 7, en algunos municipios murcianos como los de Lorca y Puerto Lumbreras, mientras que ayer llegaron a caer 35 litros por metro cuadrado en algunos puntos de la Comunidad, lo que produjo que la Agencia Estatal de Meteorología elevase de nivel amarillo a naranja la alerta hasta el mediodía de hoy.

Como consecuencia de las intensas precipitaciones y la filtración de agua, los chorros del río Mundo, según informó la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), sufrieron el primer reventón del año hidrológico, con dos episodios (sábado 3 y lunes 5 de noviembre) en los que alcanzaron un caudal punta estimado de unos quince hectómetros cúbicos por segundo.
Para el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, José Manuel Claver, esta borrasca que invade la Comunidad ha permitido aumentar la capacidad de agua embalsada, de manera que calificó de «beneficiosa» la lluvia registrada para los regantes, al tiempo que lamentó que «no todo se ha recogido en la cabecera». No obstante, Claver indicó que estas precipitaciones hacen entrever que «el año hidrológico va a ser húmedo, lo que nos permitirá contar con una mayor cantidad de agua».

Por su parte, la organización agraria Asaja valoró como «muy positiva» las últimas lluvias para el campo murciano, sobre todo, según matizó su secretario general, Alfonso Gálvez, «para los cultivos de cítricos, los tubérculos, la uva de mesa y los cultivos de secano». Asimismo, precisó que «el ritmo intenso, pero con lluvia fina, afortunadamente no está provocando daños en los cultivos murcianos». Por ello, Gálvez indicó que «esperamos y confiamos que las precipitaciones sigan estando presentes en niveles normales».

Sin embargo, como señala el refranero español: «No siempre llueve a gusto de todos». Cabe recordar que la catástrofe que la gota fría dejó a su paso, el 28 de septiembre, por los municipios de la Región y, en especial, en las localidades de Lorca y Puerto Lumbreras, provocó cuantiosas pérdidas materiales, cuyas primeras estimaciones apuntan a que se necesitarán al menos doscientos millones de euros para reponer los daños ocasionados, y que la mayoría de agricultores del Valle del Guadalentín no quieran oír hablar de más agua.
Y es que, ahora el sector agroalimentario de la zona se enfrenta a un dantesco panorama económico, ya que las inundaciones arrasaron miles de hectáreas de cultivo y granjas ganaderas, donde la mayoría de sus propietarios, aproximadamente el noventa por ciento, carecían de póliza de seguro. Si bien, quizá la peor de las consecuencias para la mayor parte de los agricultores del Guadalentín, además de las vidas humanas que el agua arrebató a familiares y amigos, es que al menos durante un año no podrán volver a cultivar los terrenos que quedaron sepultados bajo el lodo.

A este respecto se refirió el responsable de la asociación agraria COAG en Lorca, Miguel Padilla, quien subrayó que para las zonas de secano no afectadas por las inundaciones, las precipitaciones son «beneficiosas», sin embargo, matizó que no lo son «para aquellos cultivos cuya tierra ha estado cubierta durante semanas por el agua», ya que «esta lluvia hace que su recuperación sea aún más larga». Por lo que el responsable de COAG mantiene la previsión de que algunos agricultores de Lorca y Puerto Lumbreras «no podrán cultivar en aproximadamente un año».