Cataluña

El Centro de Arte Santa Mónica indaga en la historia de la danza en Cataluña

La exposición se vertebra sobre una instalación del cineasta Isaki Lacuesta

El Centro de Arte Santa Mónica indaga en la historia de la danza en Cataluña
El Centro de Arte Santa Mónica indaga en la historia de la danza en Cataluñalarazon

BARCELONA- En 1966, Joan Brossa se unió con Mestres Quadreny para crear el espectáculo «Suite bufa». Acompañados por Carles Santos, Anna Ricci y la bailarina Terri Mestres, crearon un montaje que reinventaba lo que se supone que debe hacer un actor, un músico o un bailarín sobre el escenario. Su carácter innovador y su radicalidad marcaron un punto y a parte para la danza contemporánea catalana. Al mismo tiempo, dos monstruos como el coreógrafo Merce Cunningham y el compositor John Cage aterrizaban en el Teatro Prado de Sitges con un montaje cuyo cartel lo firmaba el mismísimo Joan Miró. La danza contemporánea catalana acababa de nacer por todo lo alto.

Del clásico al flamenco
Éste es el punto de arranque de la exposición «Danza en Cataluña (1966-2012), que acoge hasta el 26 de enero el Centro de Arte Santa Mónica. De los vestidos de Carmen Amaya a fotografías, pósters, programas o diseños originales de artistas como Clarà, Picasso, Clavé, Ponç, Brossa o Català-Roca, la muestra pinta un mapa de lo que ha sido la danza en los últimos 50 años. «Es la exposición más completa dedicada al mundo de la danza. Demuestra que ha sido una de las expresiones centrales de la cultura contemporánea en Cataluña», afirmó ayer Vicent Altaiò, director del Santa Mónica.

Dividida en diferentes espacios, la muestra arranca con un vistazo a los pioneros del género. Incluye referencias a la bailarina de Reus Roseta Mauri, que en 1872 era la titular del ballet de la ópera de París que inmortalizó Degas en sus cuadros. También se descubren nombres como el coreógrafo clásico Joan Magriñá, padre de la danza catalana y otros nombres como Pauleta Pàmies, Ricard Moragues, Joan Tena o Tórtola Valencia. «En 1966 no explotó todo, detrás siempre hubo un intento de modernidad, de romper con lo anterior. En ese aspecto, Magriñá no es diferente de Cesc Gelabert», comentó Bárbara Raubert, comisaria de la exposición junto a Joaquim Noguero.

La muestra también dibuja un quién es quién del sector y traza las figuras clave de los últimos 50 años de danza en Cataluña. Aunque la verdadera estrella de la exposición es una instalación de Isaki Lacuesta que reúne en video siete solos de coreógrafos como Marta Carrasco, Andrés Corchero, Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Thomas Noone y Sol Picó y los hace dialogar entre sí. «La creación de Corchero me hace pensar en Buster Keaton y la de Picó me recuerda a Chaplin. Juntas, parece que creen un divertido dueto. Me interesaba crear estas arbitrarias relaciones», asegura Lacuesta.