Granada

Su señoría el piquetero por Lucas Haurie

La Razón
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A menos de una semana para la reedición de esa huelga política mediante la que los sindicatos pretenden perpetuar sus privilegios, ya saben los piqueteros que sus «amenazas y coacciones» (el entrecomillado es de la Fiscalía del TSJA) a quienes libremente decidan trabajar el miércoles próximo no merecerán respuesta rotunda de la Justicia. Acaso una tibia reconveniencia. El contribuyente convidó al desplazamiento de los 150 miembros de la Guardia Roja del SAT, que acudió ayer a Granada en manifestación coercitiva para los magistrados y en apoyo de Juan Manuel Sánchez Gordillo, un antisistema tan sui generis que acumula tres décadas como alcalde y varias legislaturas como diputado regional: puro poder que declaró como aforado en atención a su cualidad de altísima magistratura de ese estado que aspira a destruir. En marzo, escoltado por una cuadrilla de bigardos malencarados, Su Señoría instó a un comerciante de Estepa a cerrar o, de lo contrario, sus esbirros lo tirarían «todo al suelo» y comprarían «pero sin dinero». Esta incitación al vandalismo y al hurto se resolverá con una multa pagadera dentro de varios años. A cambio, ya saben cómo deben actuar los piquetes: siempre con un político o sindicalista, valga la redundancia, profesional al frente, ante quienes los jueces no tienen más remedio que hocicar porque, fuera de la primera instancia, le deben su posición a un partido. Pruebe usted a volcar una estantería del supermercado, a ver cuánto tarda un policía en endiñarle un porrazo y un togado en hospedarlo en el calabozo.