Guerrilla

Mauritania indulta a 35 presos a los15 días de ser liberados los cooperantes

En el grupo de los reos islamistas indultados no están los cabecillas que AQMI reclamaba por los españoles.

Roque Pascual y Albert Vilalta, el día de su liberación
Roque Pascual y Albert Vilalta, el día de su liberaciónlarazon

MADRID- El presidente mauritano, Mohamed Ould Abdelaziz, puso en libertad al cierre de esta edición a un total de 35 presos islamistas que cumplían condena en la principal cárcel de la capital, Nuakchot. El indulto, según declaró el ministro mauritano de Justicia, Abidín Ould el Jeir, se enmarca en la festividad de Aid El Fitr, que marca el fin del Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán.

Esta excarcelación se produce apenas dos semanas después de que Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) pusiera fin al secuestro de los cooperantes españoles, Albert Vilalta y Roque Pascual, el más largo de todos los perpetrados por esta franquicia del grupo terrorista de Osama Ben Laden en la región del Sahel.

Fuentes mauritanas señalaron a LA RAZÓN que la liberación de los 35 presos, que suponen un tercio de los salafistas que permanecía entre rejas, no guarda relación con el fin del secuestro de los cooperantes. Sin embargo, el proceso de diálogo religioso que ha terminado con su puesta en libertad comenzó en el mes de enero, en pleno secuestro de los miembros de Acción Solidaria.


«Arrepentidos»
Las mismas fuentes aseguran que los islamistas, que ya se encuentran en la calle, no tienen delitos de sangre ni son considerados miembros de AQMI por la propia organización radical, que los tiene por unos «arrepentidos» que se han pasado al otro lado.

Lo cierto es que ningunos de los supuestos cuatro cabecillas que AQMI exigió a cambio de la vida de los rehenes españoles parece haberse beneficiado, por el momento, de la medida de gracia del presidente Abdelaziz. El líder mauritano del grupo terrorista, Khadim Ould Semane, llevaba meses esperando recobrar la libertad e incluso sus familiares se jactaban de que así iba a ser. Los otros tres islamistas que también esperaban ser canjeados, y que fueron condenados por el asesinato de cuatro turistas franceses en diciembre de 2007 en el sur del país, tampoco han sido indultados.

Según el Gobierno de Nuakchot, el perdón sólo se extiende a los presos salafistas que tomaron parte en el diálogo con los clérigos (ulemas), que comenzó a principios de año en unas jaimas instaladas en el exterior de la cárcel de Lahsar para tal efecto y que se avinieron a mostrar arrepentimiento por su implicación en el «Yihad» (guerra santa). Este proceso, interrumpido durante meses, acababa de retomarse a principios de agosto y tenía como objetivo convencer a los salafistas de que sus métodos de lucha se daban de bruces con los preceptos básicos de las enseñanzas del Corán. Según informó la agencia Efe, al caer la tarde los indultados comenzaron a salir de la cárcel de Nuakchot, donde fueron recibidos por familiares y amigos.

El general, que dirige el país con mano de hierro, llevaba meses oponiéndose a cambiar presos de AQMI por los rehenes españoles. Al menos que se sepa de forma oficial, sólo accedió a soltar a Omar Saharaui, único condenado por participar en el secuestro.


La polémica del avión que costó 100 euros
El Consejo de Ministros autorizó el pasado viernes la cesión a Mauritania, por el precio simbólico de cien euros, de un avión de patrulla marítima C212 perteneciente al 801 Escuadrón de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, con base en Son San Joan (Mallorca). El gesto no tardó en interpretarse como el pago de España por el papel mauritano en el desenlace del secuestro de los tres cooperantes españoles. Sin embargo, el Gobierno mauritano negó que exista relación entre la compra y la liberación del autor del secuestro de los tres catalanes, Omar Ould Sid'Ahmed Ould Hamma, alias «Omar Saharaui». El ministro de Defensa mauritano, Hamadi Ould Hamadi, subrayó, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias ANI, que «el avión español no tiene ninguna relación con la liberación de "Omar Saharaui"», cuya repatriación a Malí fue supuestamente utilizada como canje para lograr la liberación de los cooperantes de Barcelona Acció Solidaria Albert Vilalta y Roque Pascual, ambos secuestros por Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) junto a Alicia Gámez en noviembre de 2009.