África

Trípoli

El rastro de Gadafi se esfuma

Un libio llamado Ali Qanna habría sido el encargado de conducir el convoy de vehículos militares que salió de Libia rumbo a Níger y en el que podría haber viajado el propio Muamar Gadafi. Fathi Bashagha, el portavoz militar de los rebeldes de Misrata, no puede confirmar dónde se encuentra el coronel, pero sí la llegada del convoy a la localidad nigerina de Agadiz

Un grupo de rebeldes a diez kilómetros de Beni Walid, una localidad controlada todavía por los soldados de Gadafi
Un grupo de rebeldes a diez kilómetros de Beni Walid, una localidad controlada todavía por los soldados de Gadafilarazon

Sherif Awidyn, un conocido traficante de drogas, y Omar al Gratuny, representante en Níger de una compañía petrolífera libia –probablemente una cobertura– habrían sido los encargados de organizar la caravana y garantizar su seguridad en el desierto.

Ambos son tuareg y habrían actuado al mando del libio Bashir Saleh, próximo a Gadafi. «En un principio pensábamos que el grupo saldría de Níger hacia Burkina Faso, para alcanzar finalmente Suráfrica, donde creemos que pueden conseguir asilo», dijo a LA RAZÓN Bashaga. Pero, según las últimas informaciones, «los hombres de Gadafi están comprando una gran cantidad de jeeps en Níger», lo cual puede significar que se están rearmando o preparando un trasporte seguro a través del desierto. Las autoridades de Níger y Burkina Faso han desmentido que Gadafi se encuentre en su territorio o que estén dispuestos a acogerlo.

Su paradero sigue siendo una gran incógnita. Lo que es ya seguro es que no se encuentra en Beni Walid, aunque algunos rumores todavía sitúan en esta localidad a su hijo Seif al Islam. Para Bashaga, «es todo propaganda: Beni Walid no es la última base de Gadafi ni es tan importante como quieren hacer pensar». De hecho, Bashaga asegura que no necesitan entrar a uno de los últimos bastiones del régimen, «porque caerá solo». Sólo hay unas 70.000 personas en la localidad al sureste de Trípoli y no están de parte de Gadafi, explicó a este periódico el representante de los rebeldes de Misrata, que constituyen el grueso de las fuerzas desplegadas en Beni Walid. «Hemos hecho incursiones cada día en la zona y nuestros hombres se encuentran ya en los campos alrededor de la ciudad. Podemos tomarla cuando queramos, pero no vamos a hacerlo porque no vale la pena».