Cataluña
Los catalanes empiezan el nuevo año con la movilidad más cara
Los usuarios del transporte público en Barcelona son los que más notan la subida de las tarifas.
El nuevo año no perdona la ya tradicional subida de precios. Ni la crisis económica ni la repercusión del aumento del IVA el pasado 1 de julio –que supuso un incremento del 7 al 8 por ciento, en el caso del transporte público–, han moderado el incremento de las tarifas. Los catalanes han dado el salto a 2011 con subidas significativas en todo lo que respecta a la movilidad, aunque serán los bolsillos de los ciudadanos de Barcelona y su área metropolitana los que más van a sufrir.
La T-10, el título de transporte público más utilizado por los barceloneses, que hasta ahora valía 7,95 euros, ahora cuesta 8,25 euros. La tarjeta más popular acumula una subida de 55 céntimos, un punto por encima del IPC. El billete sencillo para una zona ya cuesta 1,45; la T-Mes, 51 euros, y la T50/30, 33,5 euros.
El Ayuntamiento ahoga
Más doloroso todavía –para la cartera del consumidor– es el aumento del abono al servicio municipal de bicicletas de Barcelona, el Bicing. Aunque el servicio no ha incorporado mejoras que justifiquen su encarecimiento, el Ayuntamiento de Barcelona ha subido la tarifa un 15 por ciento. Desde hoy, el abono cuesta 35 euros. El Consistorio alega que el aumento le ayudará a sacarse de encima usuarios que no respetan el Bicing, los que no están dispuestos a pagar los 35 euros nuevos de cuota del servicio urbano de bicicletas más caro de toda España.
Quienes hayan pensado en volver a ponerse al frente del volante de un coche, vistas las «ayudas» de la Administración al transporte público, se lo pensarán dos veces cuando vean cuánto han subido los peajes. El nuevo conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, se ha estrenado con un anuncio nada popular: subir los peajes de la red de autopistas que dependen de la Generalitat un 3,4 por ciento. Si ya es irritante que aumenten las tarifas de los peajes, más molesto es que lo hagan el doble que los del Estado –la AP-7 y la AP-2, que suben un 1,4 por ciento–. Además, la subida de los peajes que dependen de la Generalitat es muy superior a la del IPC de noviembre (2,3 por ciento), que suele usarse como referencia para calcular el aumento de tarifas.
El aumento del coste de los peajes por encima del IPC se hace para compensar la subida de precios que el Gobierno de CiU no aplicó antes de 2003. Desde 2005, el tripartito aumentó las tarifas de los peajes catalanes por encima del IPC para compensar los años de perdón de CiU.
Quienes ya se han beneficiado del aumento de precios que va de la mano con la llegada de un nuevo año son los taxistas. Para aprovechar los frutos de las fiestas de Navidad y de Fin de Año, los taxis aplican tarifas un 3,2 por ciento más caras respecto al 1 de enero de 2010 desde el pasado 17 de diciembre. A este ritmo el refrán acabará rezando año nuevo, vida más cara.
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