Cataluña
Mas corregirá este mes el límite de 80 kilómetros por hora
Con el nombramiento ayer de Joan Aregio como nuevo director del Servicio Catalán de Tráfico, el nuevo Gobierno de la Generalitat ya puede dar cumplimiento a una de las promesas que Artur Mas lanzó durante la campaña electoral, eliminar el límite de los 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona.
BARCELONA- El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, confirmó, tras la reunión del Consell Executiu, que este mismo mes la Generalitat corregirá el límite de los 80 kilómetros por hora. Corregirá y no eliminará, porque Mas ya avanzó hace un par de semanas que al final flexibilizará por horarios y día laborables la limitación de los 80 kilómetros por hora, en función del tráfico, de los accidentes o la contaminación. Esto es que se mantendrá el invento de ICV de la velocidad variable y que, por lo tanto, en un momento dado, la velocidad máxima será de 80 kilómetros por hora, como ahora, pero en otro puede que vuelva a ser de 110 o, por qué no, de 60.
El «libro de estilo» de la velocidad variable que CiU aplicará en los accesos a Barcelona lo tendrá que escribir el nuevo director del Servicio Catalán de Tráfico. Aunque, tal y como avanzó Homs, no tiene mucho tiempo, pues «deberá tener decididas y ejecutadas las modificaciones a finales de enero», puntualizó. La premisa con la que parte para diseñar la nueva velocidad variable es encontrar un punto de equilibrio entre la lucha contra la contaminación y la siniestralidad con la libertad social y el compromiso individual.
El PP exige la supresión de la medida
- El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, reclamó ayer a Artur Mas que cumpla con la promesa que hizo a los catalanes de suprimir el límite de los 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona. Fernández rechazó que se mantenga la velocidad variable y exigió que se suprima el límite de 80 kilómetros por hora. El candidato del PP a la alcaldía de Barcelona entiende que la velocidad variable «obligará a los conductores a llevar un GPS en la cabeza para estar más pendientes de la velocidad a la que han de circular que a la propia circulación». Se fotografió con seis señales de tráfico para mostrar con humor en qué se pueden convertir los accesos a la ciudad de Barcelona.
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