Chacón no celebra los 200 años de la Orden de San Fernando

MADRID- Ayer coincidieron en Madrid dos actos relacionados con el Ministerio de Defensa. El primero, la celebración del segundo centenario de la Orden de San Fernando y la reunión bianual del Capítulo de la Orden de San Hermenegildo; el segundo, el I curso internacional de Asesoría de Género en Operaciones. Su Alteza Real el Príncipe de Asturias acudió al primero. La ministra de Defensa, Carme Chacón, optó por el segundo. En el primero se daban cita la mayoría de los generales españoles, en activo y retirados; estaban presentes las banderas de las unidades más laureadas de España y cinco militares que ostentan la Medalla Militar Individual, una de las condecoraciones de más alto nivel y más difíciles de obtener. Y hubo una misa.
En el segundo, cincuenta mujeres y hombres de catorce países que acudieron a Madrid, según señala el Ministerio de Defensa en su web, para recibir una instrucción pionera, tal y como subrayó Chacón, «que les permitirá contribuir a que las mujeres accedan al lugar que les corresponde en la sociedad del siglo XXI».
En El Escorial se celebraba el 200 aniversario de la Orden de San Fernando, por cuya cruz laureada se reconocen los hechos más heroicos llevados a cabo por un militar individualmente o por una unidad colectivamente. En el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, Chacón explicó que durante el pasado año, nuestras Fuerzas Armadas llevaron a cabo más de 100 acciones para la promoción de la igualdad en las operaciones internacionales en las que participaron.
El primero no aparecía al cierre de esta edición en la página web del Ministerio. El segundo ocupaba un espacio prioritario.

El Príncipe no sustituye al Rey
Aunque Don Felipe pasara revista y presidiera el acto de homenaje a los caídos ayer en El Escorial, en cuanto se cerraron las puertas y comenzó la reunión de la Orden de San Hermenegildo, el presidente fue el general José Rodrigo, canciller de la Orden. Así lo establecen los estatutos y así se hizo ayer. Lo debe presidir el Rey, y en su ausencia, el canciller de la Orden.