La nueva reina de la moda

A reina muerta, reina puesta. No ha estado mucho tiempo vacante el trono de «Vogue Paris» tras la inesperada salida de Carine Roitfeld. Ni tampoco la publicación ha ido muy lejos para nombrar a una digna sucesora, pues será su fiel acólita, Emmanuelle Alt, la designada. Se pone fin así a varias semanas de rumores que no han hecho sino inflamar el pequeño microcosmos de la moda, aunque la elección, por esperada, apenas ha suscitado sorpresa. La cúpula de la editorial Condé Nast France no sólo ha optado por reclutar en las propias filas, sino que ha apostado por la continuidad de un estilo «made in Roitfeld» que nadie mejor que Alt, su mano derecha, podrá seguir reinterpretando.

Sin embargo, el presidente del grupo editorial, Xavier Romanet, que hizo pública la noticia a través de un simple comunicado en la web de la revista, espera que la nueva directora dé «un nuevo aliento» a la publicación, que el pasado mes de noviembre cumplía su noventa aniversario. El objetivo: «Seguir haciendo de "Vogue Paris"el líder mundial de referencia de las revistas de moda».

Más beneficios
En diez años, Roitfeld ha logrado aumentar la tirada del mensual femenino y engrosar los ingresos publicitarios. En definitiva, engordar los beneficios, además de modernizar la imagen y el estilo de la edición gala de «la Biblia de la moda». La empresa se antoja por tanto delicada. Pero el reto no le da miedo a Emmanuelle Alt, que no sólo parece enfrentarse a él con entusiasmo, sino con la tranquilidad de conocer los arcanos del éxito gracias al tándem formado con la gurú Roitfeld en este tiempo. Las claves que han conseguido convertir a «Vogue París» en el principal oráculo de «lo que se lleva», al menos a este lado del Atlántico.

Una promoción de alto rango para Alt, de 43 años, que hasta ahora desempeñaba el cargo de redactora jefe de moda y que tomará plena posesión de sus nuevas funciones el próximo 1 de febrero. Porque si de algo entiende Emmanuelle Alt es precisamente de moda. Además de estilista, su trayectoria se ha forjado en otras cabeceras del sector como «Elle» o «Mixte». Sus señas de identidad, un look rockero falsamente desaliñado mezcla de cuero, chaqueta sastre ajustada y tacones de 12 centímetros, en el que cada detalle está minuciosamente calculado.

Sin embargo, el tiempo dirá si una «continuadora» es suficiente para mantener a «Vogue Paris» en lo más alto del podio. El legado de Roitfeld es muy potente. Visual y simbólicamente. Su rompedor y transgresor «porno chic» sigue impregnando cada una de las páginas de la revista. Pero la tendencia empieza a dar signos de agotamiento. Un cambio en la continuidad, ese es el mayor desafío para la nueva directora, que habrá de demostrar si es capaz, como su antecesora, no sólo de crear, sino de imprimir un estilo propio.

Un futuro incierto
Una nueva etapa y «nuevos proyectos personales» es lo que el pasado mes de diciembre y de un día para otro precipitó, oficialmente, el abandono «voluntario» de Carine Roitfeld al frente de la edición francesa de «Vogue», en donde la musa del diseñador Tom Ford e íntima amiga del fotógrafo Mario Testino ha permanecido una década. Sin embargo, nada se sabe todavía de los planes de la que un día fuera aspirante en firme a convertirse en la nueva «Anna Wintour» (Foto 2) remplazando así a la británica, su eterna rival, a las riendas de la influyente «Vogue» estadounidense. Una realidad que es ya un mero espejismo, pues la francesa habría sido invitada, según los rumores, a dejar su puesto. A la directiva de Condé Nast, editorial de la revista, no le habría gustado nada que Roitfeld prodigara de manera remunerada sus consejos como consultora de moda de prestigiosas marcas, incumpliendo así su contrato.