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La «represión jazmín» se cobra otra víctima la célebre activista Ni Yulan

La ola de detenciones a disidentes a raíz de la convocatoria en febrero de protestas en China se ha cobrado una nueva víctima, la abogada de derechos humanos Ni Yulan, quien ha sido acusada de "causar disturbios"una semana después de su detención, informó hoy la ONG China Human Rights Defenders (CHRD).

Ni, de 49 años y paralítica a raíz de una paliza que recibió en 2002, tras ser detenida por la policía cuando intentaba grabar unas demoliciones forzosas, se encuentra incomunicada desde que fue detenida junto a su marido, el 7 de abril, y a su familia no se le ha permitido visitarla, señaló la información. Según fuentes próximas a la detenida, que pidieron no ser identificadas, Ni ha sido injustamente relacionada con las convocatorias de protesta, teniendo en cuenta que apenas puede moverse debido a su condición física no puede.


"Ella tiene mucho cuidado en no involucrarse", señaló a la ONG la citada fuente, asegurando que en la campaña de represión "se están llevando a los inocentes, y la situación se está volviendo más y más aterradora". Ni se reunió en febrero con el embajador estadounidense, Jon Huntsman, quien pocos días después estuvo presente -él sostiene que de forma casual, ya que no conocía las convocatorias- en la primera llamada a las denominadas "protestas jazmín", en la céntrica calle pequinesa de Wangfujing.


La palabra "jazmín"se ha venido aplicando por diversas ONG chinas a estas convocatorias para equipararlas a las protestas vividas en países como Túnez, donde se acuñó el término, o Egipto. Decenas de abogados de derechos humanos y activistas han sido detenidos o han desaparecido en las últimas semanas desde febrero, tras esas convocatorias de protestas en Pekín, Shanghái y otras ciudades chinas.


Las protestas, a las que China respondió con un enorme dispositivo policial y presiones contra los periodistas extranjeros que se personaron en los lugares de manifestación para cubrirlas si éstas se producían, pedían el fin de la corrupción y reformas democráticas en el país asiático. Entre los detenidos, el más conocido internacionalmente es el activista Ai Weiwei, en paradero desconocido desde que las autoridades lo interceptaran en el aeropuerto el pasado 3 de abril, cuando intentaba tomar un vuelo a Hong Kong.


Ayer, jueves, el diario hongkonés "Wen Weipo", próximo al partido comunista, afirmó que la policía había encontrado indicios que sostenían posibles acusaciones contra el artista por evasión fiscal, publicación de pornografía por internet y bigamia, algo que la familia del artista ha calificado de "intento de vilipendiarlo". Sin embargo, el Gobierno chino apenas se ha pronunciado sobre el asunto, que ha desatado las condenas de ONG y algunos gobiernos -entre ellos los de la Unión Europea-, con excepción de una breve mención del portavoz de Asuntos Exteriores señalando que Ai era un "presunto criminal".