Caso Caja Madrid
Váyase Sr Martínez
¡Y pensábamos que lo de forrarse en España era cosa de banqueros, futbolistas y «celebrities» que van de plató en plató pormenorizando sus aventuras de alcoba! ¡Vaya país! El escandaloso caso del señor Martínez, que sólo a un puñado de ingenuos debería coger con el paso cambiado, revela la pura corrupción y el indubitado fraude de unos sindicatos verticales, de clase y que atufan a tardofranquismo.
Es tal el doble rasero, la ocultación, el cinismo, la indignidad y el insulto a los trabajadores que representan esos 181.000 euros succionados de un entramado bancario en concepto de «no dar un palo al agua», que debería llevar a los alborotadores de este 19-F a cambiar ipso facto el guión de su pasacalles. El problema de España no es el despido barato, es el paro masivo heredado del PSOE; no es el contrato de formación, es la mamandurria sindical; no es la clase empresarial, es el parasitismo de quienes se han erigido en una casta desprovista de escrúpulos y entregada de forma frenética y gritona a vivir del cuento. ¡Vaya chollo y vaya cara!
Dejémonos de novelas. Ni a Toxo, ni a Méndez ni al bienpagado Martínez les quitan el sueño quienes se desloman desde las seis de la mañana con el primer toque de sirena en la fábrica. Se les han terminado sus privilegios y sus tómbolas. Eso es todo. Y se les van a terminar pronto sus salvajes honorarios. Pero es ahora cuando se le ha pillado a usted, José Ricardo, con el carrito del helado. Y los españoles no podemos limitarnos a esperar y ver. Si le queda una gota de decencia, ¡váyase, señor Martínez! Hágalo por los trabajadores a los que ha humillado y de los que se ha burlado. Hágalo por los que se ganan cada día el pan con el sudor de su frente. Se irá con los riñones bien cubiertos.
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