Israel tiene razón

FINUL, la misión de la ONU en Líbano, ha dictaminado que en el asunto de la tala de árboles en la frontera libano-israelí, el Estado judío actuó de forma correcta y que su actividad fue realizada enteramente en su territorio, al sur de la frontera. Sin embargo, no es seguro que las autoridades del país del Cedro atiendan la sugerencia de Ban Ki-moon para que actúe con la máxima contención y contribuya a restaurar la paz.
En los enfrentamientos anteriores habidos en una de las regiones más inestables del planeta ningún bando ha respetado el dictamen de Naciones Unidas. De momento, los judíos seguirán cortando árboles porque están en su derecho y lo consideran fundamental para que dejen de interferir en sus dispositivos de seguridad. Y puede que los libaneses vuelvan a abrir fuego porque lo valoren como una provocación. Por si acaso, el Gobierno de Natanyahu ha reforzado la seguridad en el punto fronterizo en el que se produjo el enfrentamiento el martes. La misión de la ONU en la zona comenzó en el año 2000, tras la retirada de Israel de sur de Líbano. Ahora, los libaneses deben reconocer a FINUL como intermediario cualificado y aceptar su entender.