Barcelona
Oro parece banana es
Los juegos de plataformas han sido los grandes perjudicados en la actual generación de consolas. En un momento en el que los jugadores apuestan por el realismo, no hay cabida para personajes que atrapen monedas en saltos imposibles y se enfrenten contra gigantescos animales antropomórficos.
Por otro lado, los juegos bélicos, los deportivos e incluso los musicales (pese a su evidente retroceso), dan muchos más beneficios económicos que los deeste género. Aún así, periódicamente se intenta revivirlos. El motivo es muy claro. Una buena mascota, como es el caso de Mario Bros. o Sonic, generan grandes ingresos provenientes del «merchandising». El problema es que son muy pocos los personajes capaces de traspasar el reino de los videojuegos. Es el caso del erizo azul y del fontanero de Nintendo, la bella Lara Croft y el de Donkey Kong.
«Donkey Kong Country Returns» es un plataformas 2D con escenarios en 3D, en el que lo de menos es su argumento. Todo se inicia cuando unos extraños seres roban todas las bananas de la isla de Donkey Kong, por lo que el simio, acompañado de su inseparable Diddy Kong, tendrá que recorrer distintos escenarios para recuperar su apreciado manjar. Esta historia, simple como pocas, es una mera excusa para que los muchachos de Retro Studios diseñen un divertido y adictivo juego repleto de bellos escenarios y personajes altamente logrados. Un título inteligente, de ritmo frenético, que nos obligará a estar atentos a todo lo que la pantalla nos muestra.
Esta nueva entrega de Donkey Kong recupera el humor característico de la saga de Super Nintendo, respetando aquellos recordados videojuegos de cartucho, a la vez que ofrece nuevos retos adecuado a su público actual. Un juego exclusivo para Wii, la que quizá sea la consola que mejor ha sabido conjugar en todos estos años la originalidad, gracias a su innovador mando, con un respeto por sus series y personajes del pasado. Demostrando de esta manera que la jugabilidad y la diversión están por encima de gráficos impecables pero insustanciales.
Un padre de altura
Donkey Kong comparte con Mario Bros. a su creador, Shigeru Miyamoto, y el título de su primera aparición, ya que ambos lo hicieron en el ya clásico «Donkey Kong» de 1981. En aquella máquina recreativa de principios de los 80 conocíamos a un gorila con malas pulgas, que daba nombre al juego, y a Jumpman (que rápidamente mutaría hacia el nombre de Mario). Éste debía sortear todos los objetos que el simio le lanzaba mientras escalaba por un edificio para rescatar a su amada convertida en un clon de Fay Wray, la dama en apuros de «King Kong», el ya mítico filme de 1933. Gracias a este título Nintendo pudo penetrar en el duro mercado norteamericano y Miyamoto dar sus primeros pasos para convertirse en la actual leyenda viva de la industria de los videojuegos.
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