Dígaselo con flores

¿Qué diputado del PP, experto en protocolo y «aficionado» a la política, envió un pasional ramo de rosas rojas el pasado 17 de junio a una presidenta del PP regional de una comunidad autonómica? Todo indica que este diputado ya ha superado aquella etapa en que se dedicaba a ligar con sus compañeras de catequesis, aunque ellas ahora ya no se acuerden de él, para flirtear con una presidenta regional del PP. Es lo que tiene la edad. Lo que por el momento se ignora es el verdadero propósito que se esconde tras ese derroche de rosas rojas que no ha pasado inadvertido y que puede que tenga una segunda lectura. ¿Era un intento caballeroso de ligar a la vieja usanza diciéndoselo con flores?, ¿era un simple gesto de cortesía o quizá pretende sacar a cada flor de tan fastuoso ramo un rédito político? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, las rosas ya se están ajando y se ignora si volverá a repetir la jugada en los próximos días.