Valencia
CAM riesgo de intervención
Un grupo de alicantinos, con aquel director, Juan Antonio Gisbert, como abanderado, se opuso encarnizadamente a una fusión de la CAM con Bancaja. Y lo hicieron con eficacia. Ningún presidente ni la racionalidad doblegaron su resistencia. Ni Joan Lerma, Ni Francisco Camps ni Eduardo Zaplana, a pesar del alicantinismo de su procedencia, pudieron con los aires de grandeza de Gisbert, el antivalencianismo de algún dirigente económico y político y la cortedad de miras de empresarios de Valencia.
La CAM recoge sus frutos, cual novia despechada, descompuesta y sin novio. Y lo que es peor, con la afrenta de ser una de las pocas entidades de su género con riesgo de intervención por el Banco de España. Como la de Castilla-La Mancha. Eso sí, ningún culpable. ¿Quién da la cara ante los impositores?. Y no es que peligren sus fondos. Eso no.
Hay más. Por aquella política de desvertebración, la Comunitat no tiene una de las Cajas más poderosas de España con pedigrí de valencianía.
Mientras ¿dónde está el tal Gisbert?. Tan ricamente, con el zurrón lleno por una multimillonaria indemnización -de eso sí se ocupó- y gozando de la Dirección general de Ruralcaja. Así es la vida.
Así es la vida
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