Exposición

El patán y el «comisario»

La Razón
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La vida cotidiana demuestra la certeza de la frase: «Dios los cría y ellos se juntan». No hay nada peor que darle una oportunidad a un mediocre, porque se crece y al final termina por creerse una estrella. Es lo que les ha sucedido a Tomás Gómez y al antiguo periodista Eduardo Sotillos. Los compañeros de la redacción me comentaron ayer la última muestra de su sectarismo, que los descalifica para las responsabilidades de ocupan. Como lo explican en esta edición, me limitaré a valorar la zafiedad del pretencioso ex alcalde de Parla y del orondo «comisario político». El contraste con su rival, Trinidad Jiménez, refleja el error de haber situado a Gómez en una responsabilidad tan destacada como la secretaría general del PSOE en Madrid. Jiménez ha recibido críticas de este periódico por su gestión, pero entiende cuál es el papel de los medios de comunicación y muestra el fair play que cabe esperar en un político bien formado. En cambio, Gómez y Sotillos prefieren caer en el ridículo con su sectarismo.