Benedicto XVI

OPINIÓN: El deber del Santo Padre por Juan Miguel ORIOL

La Razón
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Una de las actividades que, por devoción y también por obligación, más practica un editor es, naturalmente, la lectura. Esta semana he podido ya leer decenas de textos en diversas lenguas publicados en muy distintos medios sobre la segunda parte del «Jesús de Nazaret» de Benedicto XVI. Quiero regalarles aquí las reflexiones que me ha suscitado lo que sobre él ha escrito monseñor Camisasca, superior general de los misioneros de San Carlos Borromeo. Camisasca explica que si el Papa tiene un deber, es precisamente el de interrogarse sobre quien es Cristo para él, para los hombres y para el mundo. Es lo que ha querido hacer Benedicto XVI al trabajar durante estos seis primeros años de su pontificado en esta obra que ciertamente quedará como una de las más importantes de su vida. Comenzada cuando todavía era cardenal, ha constituído el contenido de muchas de sus reflexiones, estudios, investigaciones y oraciones de estos años. Por ella ha sacrificado muchas horas y días de descanso.
El religioso considera que la obra del Santo Padre sobre Jesús de Nazaret se presenta como fruto de un largo trabajo exegético, que no olvida lecturas de los Padres, ni la laboriosa aportación del método histórico-crítico o de las más recientes teorías sobre las estructuras literarias. No pretende con esta obra un acto magisterial, veremos las diversas etapas que la lectura crítica y meditativa de la Escritura ha recorrido en dos mil años de historia eclesial. Y cómo ahora estamos en un punto decisivo, en un momento nuevo y extremadamente simple. Es una obra que lleva en el corazón sobre todo la fe del pueblo de Dios, que quiere alimentar y defender.


José Miguel ORIOL es presidente de Ediciones Encuentro