MADRID- Durante su visita ayer a España, el ministro de Asuntos Europeos y Comercio Exterior finlandés, Alexander Stubb, concedió una entrevista a LA RAZÓN en la sede de la Representación de la Comisión Europea en Madrid. En opinión de Stubb, la crisis europea es fundamentalmente una crisis de confianza, fruto del incumplimiento de los límites de déficit que la propia UE se había impuesto. «No es populista quien reclama equilibrar las cuentas, sino quien gasta más dinero del que tiene», responde a los que tachan de cicateros a Alemania, Finlandia, Holanda y Luxemburgo, los únicos socios de la eurozona que conservan la triple A.

–¿Cree que la UE está haciendo lo necesario para favorecer el crecimiento económico?
–La UE y los gobiernos nacionales deben poner las bases que faciliten el crecimiento, pero ha de ser el sector privado quien lo impulse con la creación de empresas. Además, la Comisión Europea debe trabajar decididamente en la profundización del Mercado Interior y los países impulsar el desarrollo del libre comercio. Todo ello es clave para lograr el crecimiento.

–Tras la firma del acuerdo fiscal, Europa parece estar obsesionada por la reducción del gasto. ¿Dónde se halla el equilibrio entre austeridad y crecimiento?
–Primero hay que cumplir las reglas [del Pacto de Estabilidad] y después vendrá el crecimiento.

–¿Incluso durante una recesión económica?
–Debe restaurarse la confianza. Sin un estricto cumplimiento de las reglas, no hay confianza. Soy consciente de que nos enfrentamos a un tiempo de escaso crecimiento, pero tenemos que trabajar juntos en los próximos años.

–¿Qué opina de las reformas aprobadas por el nuevo Gobierno español?
–Mariano Rajoy ha emprendido unas reformas excelentes que se llevaban esperando hace mucho tiempo y resultaban completamente necesarias. Conceden confianza al Gobierno español, lo que no es sólo bueno para España, sino para la UE en su conjunto. España e Italia son dos Estados clave con economías en dificultades que ahora lo están haciendo muy bien. En el caso español, se están tomando medidas muy importantes y difíciles, como la flexibilización del mercado de trabajo –necesaria a la luz de los altos índices de desempleo– o acuerdos como al que se llegó el martes con las comunidades autónomas. Cada viernes el Gobierno está tomando duras medidas que nosotros respaldamos.

–España ha modificado su previsión de déficit para 2012, pero mantiene su compromiso de cerrar 2013 por debajo del 3%. ¿Qué es más importante: el resultado final o los pasos previos?
–Tenemos que diferenciar entre el déficit cíclico y el estructural. El cíclico es problemático, por lo que hay que hacer el esfuerzo en el estructural. Confiamos en que el Gobierno español logrará cerrar este año con un déficit del 5,8% y del 3% en 2013.

–¿Qué ha cambiado en Finlandia para que la derecha populista creciera tanto hace un año?
–Fue probablemente un voto de protesta relacionado con los asuntos europeos y la crisis económica. Sin embargo, creo que ahora hemos sido capaces de explicar por qué Europa es necesaria e importante. Cuando se explica bien por qué se hacen las cosas, se logran resultados. El fenómeno populista creció por un sentimiento de injusticia por aportar fondos a países que no habían tenido cuidado con sus finanzas [en referencia a Grecia]. Explicamos por qué tomamos las medidas que tomamos, pero reconozco que pudimos hacerlo mejor.

–Usted forma parte de una coalición de Gobierno de seis partidos proeuropeos, mientras que los dos partidos de la oposición son abiertamente antieuropeos. ¿No representa un problema?
–No es necesariamente un problema, pero para nuestro Gobierno es muy importante mantener una posición proeuropea, pues es muy fácil caer en el populismo que trata de atraer el voto antieuropeo, y promover la verdadera agenda política.

–Las últimas encuestas muestran que, mientras el euroescepticismo aumenta en los países del Sur, la confianza en Europa crece en los países nórdicos, tradicionalmente más euroescépticos. ¿Cómo explica este fenómeno?
–Es difícil explicar la razón exacta, pero probablemente sea porque vivimos en una Europa mucho más sujeta a las reglas y eso creo que es bueno.

EN PRIMERA PERSONA
Una prometedora carrera
Dinámico, abierto y políglota, Alexander Stubb es a sus 43 años uno de los políticos más prometedores de Finlandia. Tras dirigir la diplomacia de su país, encabeza desde junio el Ministerio de Asuntos Europeos y Comercio Exterior. Y es que Stubb conoce muy bien los pasillos de Bruselas: fue eurodiputado durante cuatro años y trabajó en la Representación Permanente de su país ante la UE.