Eurocopa

Polonia

Flojos principios por Julián GARCÍA CANDAU

La Razón
La RazónLa Razón

Los comienzos de los campeonatos mundiales no suelen ofrecer deslumbrantes partidos. En general, suelen ser muy opacos. Cada selección sale convencida de que lo más importante es no perder y de ahí que haya más comedimiento que fútbol alegre. Ocurrió, por ejemplo, con Argentina. Maravilló durante diez minutos, exhibió la calidad de Messi, se mostró como equipo capacitado para encontrar el gol de muchas maneras y, sin embargo, la mayor parte del encuentro la dedicó a no insistir en demasía en su búsqueda. Se ha dado algún caso en el que el campeón no pasó de los empates en la primera ronda como hizo Italia, en 1982, en España, y fue contra Polonia, Perú y Camerún. No gustó Francia y en ello sólo hay una cuestión: no posee el potencial de años anteriores. Creer que el equipo ex campeón europeo y mundial está en condiciones de seguir siendo aspirante es concederle mayores garantías de las que ofrecen sus jugadores.Peor le fue a Inglaterra, otra de las selecciones que figuran siempre en el posible cuadro de honor. Ahora bajo la batuta de Fabio Capello, comenzó de manera arrolladora y marcó el gol que le abría las puertas al primer triunfo del torneo. Luego llegó el gol encajado por «Calamity» Green, quien hizo honor a su apellido: novato, inexperto. Simplemente, verde.El gol que le costó el empate a Inglaterra es consecuencia de la baja calidad de sus guardametas, que no hacen honor a sus antecesores. Hasta tal punto han sido cuestionados que se llegó a pensar en nacionalizar al español Manuel Almunia, portero titular del Arsenal y con pasaporte británico desde julio de 2009, quien, desde luego, es mucho mejor que todos su colegas.