Primera División

Adiós al «Sabio de Hortaleza»

Goleada injusta por Julián García Candau

La Razón
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Al Madrid siempre le ha ido bien la aportación argentina. En los años cincuenta, primero Olsen y después Di Stéfano cambiaron la historia. La grandeza del club debe más a Di Stefano que a ningún otro jugador. Sin llegar a la altura del maestro, ha habido quienes han dejado huella. Pinino Mas remataba de volea espectacularmente. Valdano ha sido compendio de varias virtudes porque a su aportación como jugador ha sumado la de entrenador y director general. Anoche, en partido que se pronosticaba victorioso porque el Zaragoza no se parece al de tiempos tan espléndidos como aquellos de «Los Cinco Magníficos» o «Los zaraguayos», antes de que el público pudiera impacientarse, Higuaín estuvo donde debe estar un delantero centro con carácter goleador y Di María, además de impulsar el ataque como sabe, se empecinó en marcar y lo consiguió. Dos goles casi definitivos en dos minutos. Llegaron después de que Casillas detuviera un remate con color de gol.

El equipo zaragozano no juega con las angustias de la pasada temporada. No ha podido invertir en grandes fichajes y se ha reforzado con modestos que luchan. Movilla y Apoño se impusieron a Essien y Modric, lo que causó problemas defensivos. En la segunda parte mereció más el Zaragoza. Fue injusto que recibiera dos tantos más. Jugó sin precauciones detestables y es de agradecer, aunque de ese modo se es más vulnerable ante el Madrid.
Posdata. Gol ilegal de Jordi Alba, validado; gol legal de Postiga, anulado.