Cajasur insta a mantener la plantilla horas antes de la adjudicación adjudicación

Se prevé hoy un anuncio que tendrá ecos largos: la adjudicación de Cajasur, intervenida por el Banco de España desde el pasado 22 de junio, por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a una de las entidades que han pujado por ella. En ese listado, según afirman fuentes del sector, ocupa una posición preferente la malagueña Unicaja, que partió en la pugna con una ventaja clara: su minucioso grado de conocimiento sobre el ente cordobés antes gestionado por la Iglesia, tras su intento fallido de fusión. En aquel proceso de negociación la entidad presidida por Braulio Medel pedía 990 millones de euros al Fondo de Garantía de Depósitos, si bien, el montante de ayudas públicas que ha solicitado ahora al FROB para poder hacerse con Cajasur rondaría los 1.500. Y es por ahí por donde podría ganarle la partida el Sabadell. El banco catalán, marcado por la polémica reunión con el ex presidente de Cajasur Santiago Gómez y el ex director general adjunto de la entidad Santiago Cabezas, ha presentado una oferta muy competitiva según la cual no necesitará ayudas públicas para comprar el ente cordobés, gracias a un instrumento del que disponen los bancos: la ampliación de capital. Desde el sistema financiero andaluz se teme que la reunión con los ex directivos de Cajasur –para la Junta poco respetuosa con las «reglas de juego»– no se tenga en cuenta y que sean criterios sólo económicos, en concreto el dinero público pedido, los que guíen la decisión final del regulador. En ese escenario, otra de las citadas como favoritas para hacerse con Cajasur es la caja vizcaína BBK, aunque no han trascendido muchos datos de su propuesta.Para Cajasur, la mejor opción sería la «que conlleve menos destrucción de empleo», aunque fuentes de la entidad rehusaron poner nombre a sus preferencias. En la misma línea, representantes del sindicato mayoritario en la entidad, Aspromonte, abogaron por la decisión «que sea menos traumática para el empleo, dado que todas se harían a través de un banco o sociedad bancaria». En ese sentido, su presidente, Ignacio Torres, criticó las palabras del secretario de CC OO-A, Francisco Carbonero, quien negó ayer que el solapamiento de oficinas que se produciría si Cajasol o Unicaja se hiciesen cargo de Cajasur conlleve necesariamente una pérdida de puestos de trabajo. «Le recuerdo a Carbonero –espetó– que, según el estudio de Boston Consulting, la fusión con Unicaja hubiera supuesto un excedente de 1.224 empleados y el cierre de 300 oficinas». De hecho, según sus cálculos, la integración de Unicaja, Cajasol y Cajasur podría conllevar «un sobrante de 2.500 personas y de 500 oficinas, a lo que habría que sumar el solapamiento de clientes». «La gran caja que promueven los políticos –advirtió– sería el gran desastre laboral». Con todo, el portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez, confió en que el Banco de España tome una decisión «razonable» basada en el «juego limpio».

Un polvorín para la hoja de ruta de GriñánEl presidente regional, José Antonio Griñán, presenció ayer en la tribuna de invitados del Congreso la primera intervención de Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación y coincidió con él en la necesidad de asumir «sacrificios» por la reactivación económica. Mientras en Andalucía, miembros de su Gobierno como Luis Pizarro o Antonio Ávila pidieron al FROB que tenga «sensibilidad» y no saque a Cajasur del sistema financiero autonómico. De no ser así «se dinamitará la hoja de ruta para las cajas» de Griñán, según IU.