Europa

Estados Unidos

Ciclón en EE UU: su deuda no da la nota

La tormenta no amaina. Después de que los mercados cerraran de manera suave el viernes su semana más negra en Europa, animados por el sorprendente buen dato del desempleo en Estados Unidos, un nuevo hecho ocurrido al otro lado del Atlántico ha vuelto a avivar el fuego de la crisis, amenazando de paso con provocar un «tsunami» en forma de lunes negro en las bolsas de todo el mundo.

 
 larazon

Se trata de la solvencia crediticia del país de Barack Obama, un pilar mundial de la economía del planeta que se resquebrajó en la madrugada del viernes al sábado, con el anuncio de rebaja de la calificación por parte de la agencia Standard & Poor's. La degradación de la deuda se traduce en que ésta pasa de ser denominada con la calificación «AAA», la máxima posible, a otra más modesta, la «AA+», pero con perspectiva negativa. Esto significa, a juicio de la agencia, que EE UU sigue siendo solvente para sufragar sus débitos, pero algo menos que antes, una variación nunca vista antes en la historia del país, y que constituye un jarro de agua fría tanto para su maltrecha economía como para la mundial, debido a la interconexión financiera internacional. «La rebaja está motivada porque la consolidación fiscal acordada por el Congreso y la Administración se queda más corta de lo que sería necesario para estabilizar la dinámica de deuda a medio plazo del Gobierno», indicó Standard & Poor´s en un comunicado, informa Efe.

Enfado mayúsculo

La decisión no ha estado exenta de polémica. De hecho, el enfado del Gobierno de EE UU ayer era mayúsculo, al detectar supuestos «errores de cálculo» en el informe. «Un juicio marrado por un error de dos billones de dólares habla por sí mismo», afirmó un portavoz del Tesoro de EE UU. David Beers, alto responsable de la decisión tomada por S&P, replicó que cualquier cambio en los cálculos se habría tenido en cuenta antes de hacer pública la noticia. En conversaciones mantenidas el viernes entre el Tesoro y la Agencia, miembros de ésta explicaron que aspiraban a que el acuerdo sobre la deuda pública contemplara una reducción de 4 billones de dólares (2,8 billones de euros) en los próximos presupuestos.

Pese a las dudas de sus funcionarios, el presidente Barack Obama urgió ayer al Congreso a poner en marcha medidas para impulsar el crecimiento y el empleo. «Nuestra labor ahora mismo tiene que ser que hagamos todo lo posible para ayudar a la gente a encontrar trabajo y que los ingresos vuelvan a subir, dijo. El mensaje, radiofónico, estaba grabado antes del anuncio de S&P.

La rebaja calificatoria fue objeto de numerosas reacciones en todo el mundo. Una de las más importantes llegó procedente de China, principal país tenedor de deuda del país norteamericano, por un importe de 1,159 billones de dólares en bonos del Tesoro. La agencia oficial Xinhua publicó un duro editorial en el que asegura que el castigo de la consultora «es una cuenta que Estados Unidos debe pagar por su propia adicción al endeudamiento y sus peleas políticas sin visión de futuro en Washington». Según la agencia, ligada al Gobierno de Pekín, «China tiene todo el derecho ahora de reclamar a EE UU que corrija los errores estructurales de su deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de china», al tiempo que reclamó «supervisión internacional» sobre el dólar.

El ministro francés de Finanzas, Francois Baroin, quitó importancia a la decisión de S&P, y reiteró su «plena confianza de las instituciones francesas en la solidez de la economía» del país».


El G-7 echa mano del teléfono
Los ministros de Finanzas de los siete países más industrializados del mundo, el G-7, han empezado a abordar este fin de semana mediante conferencias telefónicas la situación actual de la crisis de la deuda, según informaron a Efe fuentes del Gobierno italiano. Dichas conversaciones se producen de modo preparatorio de una próxima cumbre presencial del G-7, que estaba prevista en un principio para el 9 y el 10 de septiembre en Marsella.