Yves Klein y el poder de la imagen

El más antiguo está fechado en 1957 y es la primera vez que se exhibe únicamente este material, sin estar acompañado de sus cuadros o esculturas. Klein es el color azul de Niza y mucho más. Vivió sólo 34 años, pero lo hizo con la intensidad de quien supo beberse la vida a sorbos para saborearla. «Su personalidad era poderosa y, a través de este conjunto de obras se demuestra cómo sigue estando a la altura del arte actual.

Era plenamente consciente de la importancia del poder de la imagen, sus grabaciones, que después utilizarían, por ejemplo, artistas como Andy Warhol», declara Cayón. A través de estas películas se pueden ver las puestas en escena teatrales que gustaban al artista, «en las que él iba perfectamente vestido, sabía cómo mirar a la cámara, como azuzar al espectador, de qué manera caminar». Las obras proceden de los archivos Yves Klein de París, de los que se ha editado una copia especial con motivo de la muestra.

Así se pueden ver desde las «Propositions Monochromes» (1957) a sus célebres e inquietantes antropometrías, en las que se servía del cuerpo de modelos como si fueran pinceles. Un conjunto de documentos y fotografías recorrerán varias de las performances de Klein, algunas procedentes de colecciones privadas, como una curiosa invitación en la que en vez del sello habitual postal Correos le permitió colocar uno azul. También se deja constancia de su fructífera relación con la galería parisina Iris Clert, testigo de sus muestras monocromas que dejaron muchos ojos abiertos de par en par.