Literatura

Estreno

CRÍTICA DE CINE /«Howl»: Inalcanzable altura poética

Dirección y guión: Rob Epstein y Jeffrey Fierdman. Intérpretes: James Franco, David Strathairn, John Hamm y Bob Balaban. USA, 2010. Duración: 100 minutos. «Biopic».

«Howl»: Inalcanzable altura poética
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Con sus cielos inflamados, sus imágenes cocidas en el caldo de lo transgresor y su sensibilidad a punto de estallar en un arco iris de sangre coagulada, el legendario poema de Allen Ginsberg sigue peleándose por demostrar que fue el legado de una generación, la de una posguerra incómoda que quería modular su voz en lo que iban a ser buenos tiempos para la lírica. Ahora que es un clásico de la literatura norteamericana, que ha probado la universalidad de su mensaje, es el momento de recuperar la memoria de ese «Aullido» y de entender, por una parte, por qué el juicio contra la obscenidad de su contenido sigue vigente en una sociedad puritana como la estadounidense y, por otro, de comprender el contexto en que nació y la complejidad de la personalidad de su creador. Documentalistas comprometidos con la causa homosexual («The Times of Harvey Milk», «El celuloide oculto»), los realizadores Epstein y Friedman se enfrentan a «Howl» con el espíritu de quien hace un docudrama. La fidelidad a lo real permanece en la reconstrucción del juicio, de la lectura en un club «beatnik», de las confesiones a cámara de un Allen Ginsberg que James Franco encarna con eficacia en ese punto medio en que la impostura y la naturalidad encuentran un cierto tipo de verdad.

Es una verdad estimulante pero algo rígida, a la que le cuesta desprenderse del referente real, y cuando lo hace, en esas recreaciones animadas del poema, no alcanza su altura poética, ilustrando con errónea literalidad lo que, en el papel, es una carta de amor a la imaginación.