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Desenlace en Siria por Cástor Díaz Barrado

La Razón
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Aún están por ver los resultados prácticos de la denominada «primavera árabe». Ni Túnez, ni Egipto, ni tampoco Yemen o Libia han cerrado aún sus procesos y no se puede decir que hayan adoptado fórmulas que les conduzcan necesariamente al establecimiento de sistemas democráticos, por lo menos con una visión occidental, aunque sea parcial y ajustada a las realidades sociales. El eventual triunfo o el relevante papel que puedan cumplir opciones y posiciones islamistas podrían conducir a la instauración de sistemas muy alejados de la democracia y del respeto de los derechos humanos. En Siria la situación es todavía más compleja porque no se vislumbra el equilibrio entre los principales actores del conflicto y no se apuntan líneas seguras de entendimiento. Considero que más pronto que tarde, se producirá el derrumbe del régimen de Al Asad y el tradicional predominio de los alauíes habrá llegado a su fin. La comunidad internacional algo habrá contribuido a ello, sin necesidad por ahora de una intervención militar como en el caso libio. Hay que felicitar a la Liga Árabe por su firme decisión de imponer exigencias al régimen sirio en el respeto a la población civil y la perentoria necesidad de acabar con las masacres, y por haber llegado a la adopción de sanciones. En otro plano, no se puede decir lo mismo del comportamiento de China y Rusia al no permitir que el Consejo de Seguridad lleve a cabo una acción más decidida. Es hora de que asuman sus compromisos quienes tienen una mayor responsabilidad en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, en particular, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Además, parece preciso que se les exija, desde el conjunto de la comunidad internacional y la opinión pública, un comportamiento más fiel con los principios de la ONU. La decisión de Francia, Alemania y el Reino Unido de querer someter la cuestión de Siria a la Asamblea General de las Naciones Unidas camina en la buena dirección y tiene como principal objetivo acabar con la brutal represión. Es difícil prever el final de lo que se está conformando en una verdadera guerra civil pero lo que sí sabemos es quiénes están actuando conforme a la legalidad internacional, en este conflicto. No siempre la visión occidental de las cuestiones internacionales es la equivocada como algunos pretenden. Los perfiles de la nueva situación que se avecina en Siria están por definir, quienes promueven una u otra solución ya están definidos. Que no se diga que acabar con la represión en Siria desestabiliza, todo lo contrario, es urgente ponerle fin, esto abre las puertas para un desenlace pacífico. Una nueva situación en Siria se está abriendo camino, es posible que esta tendencia se consolide, pero, por sí solos los sirios no encontrarán una solución satisfactoria. Se precisa más compromiso de la comunidad internacional.