Bruselas

Monti promete a la canciller seguir con las reformas

La Razón
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ROMA- Tras la difícil y decisiva cumbre de Bruselas de la semana pasada, Mario Monti y Angela Merkel volvieron ayer a verse las caras en Roma en un encuentro bilateral entre Italia y Alemania en el que también participaron varios ministros de ambos gobiernos. Los dos líderes dieron muestras de que las tensiones vividas en el último Consejo Europeo eran cosa del pasado, ofreciendo una buena sintonía. Incluso la canciller alemana aplaudió al primer ministro italiano, elogiando las reformas que ha realizado en su país desde que se hizo con las riendas del Ejecutivo el pasado mes de noviembre.

Merkel subrayó que las medidas económicas impulsadas por Monti habían llegado de forma «rápida» y que «con Mario» siempre consigue llegar a acuerdos. Esta actitud, destacó, es muy positiva para Alemania, pues, como reconoció, «si a nuestros vecinos no les va bien, a largo plazo a nosotros tampoco».

El «premier» italiano, por su parte, negó que en Bruselas se produjeran discrepancias y garantizó que su Gobierno seguirá en la senda del rigor, apostando por la disciplina fiscal, los presupuestos contenidos y las reformas estructurales para salir de la crisis. Con estos mimbres deseó llegar «cuanto antes» al crecimiento económico.

De momento, sin embargo, las noticias no tienen un cariz demasiado alentador y no invitan en exceso al optimismo, pues al continuo crecimiento del desempleo, sobre todo entre los jóvenes, se une el mal dato del déficit durante el primer trimestre de este año. Según informó ayer el Istat, la oficina estatal de estadística italiana, el descubierto en las cuentas públicas alcanzó en el primer trimestre del año el 8 por ciento del PIB. Esta cifra negativa –un punto superior a la del trimestre anterior– se explica por el aumento de los intereses de la deuda pública, uno de los grandes lastres de Italia, que en este momento tiene una ratio en el entorno del 120 por ciento de su PIB. El Ejecutivo espera que el déficit mejore en el segundo semestre, cuando considera que comenzarán a notarse los supuestos efectos positivos de sus planes de ajuste, de forma que pueda llegarse al objetivo de cerrar el año con sólo un 1,7 por ciento de déficit público.

Para llegar a esa cifra, ahora tan lejana, a Monti no le va a temblar la mano. Aunque ha dicho que no va a utilizar «el hacha» para recortar el tamaño del Estado, no hay duda de que al menos sí que se va a servir de unas buenas tijeras. Los más afectados por el nuevo paquete de medidas que prepara su Gobierno van a ser los funcionarios. Las primeras estimaciones calculan que el Ejecutivo podría prescindir de hasta 300.000 trabajadores públicos. Otras de las medidas en estudio son el compromiso de todas las administraciones públicas de no contratar a ningún trabajador hasta 2016, el recorte del gasto sanitario en 3.000 millones de euros en dos años y la supresión de la mitad de todos los automóviles oficiales del país.

 

El mercado espera a Draghi
El Ibex 35 cayó ayer un 0,71% y puso fin a cinco jornadas alcistas a la espera de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) y de su presidente, Mario Draghi, sobre los tipos de interés en la zona euro. El recorte del precio del dinero al 0,75% ya se descontó en las jornadas anteriores, por lo que los inversores tomaron beneficios en una sesión en la que Europa se dejó un 0,5% de media. El organismo que dirige la política monetaria comunitaria advirtió ayer de que el programa de compra de deuda soberana en el mercado secundario seguirá en un «sueño profundo», labor que corresponderá, previsiblemente, a los fondos de rescate europeos.