Sevilla

Amigos y artistas despiden a «La Polaca»

Amigos y representantes del mundo del espectáculo han asistido hoy a la incineración de «La Polaca», fallecida ayer.

Medio centenar de amigos y representantes del mundo del espectáculo han asistido hoy a la incineración de la bailaora y actriz madrileña Josefa Cotillo, conocida artísticamente como "La Polaca", que falleció ayer en Sevilla a los 65 años, víctima de un cáncer de pulmón.

Tras un responso en el tanatorio de la SE-30 de Sevilla, al que han asistido la bailaora Cristina Hoyos y el cantante Antonio Cortés "Chiquetete", entre otros, el cortejo fúnebre se ha dirigido al cementerio de San Fernando, donde ha tenido lugar la incineración de los restos.

La bailaora, que residía en el municipio sevillano de Tomares desde hacía cinco años junto a su marido, sufría desde 2007 un cáncer de pulmón del que empeoró en el último mes y que le ha ocasionado la muerte esta mañana.

"La Polaca"no tenía hijos y se trasladó a Sevilla para estar cerca de los familiares de su marido y de amigos como Cristina Hoyos, según han señalado fuentes de la familia, que aseguraron que la actriz "se va dejando un montón de amor".

Nacida el 16 de junio de 1944 en Madrid, "La Polaca"fue una artista precoz y aprendió de forma autodidacta, ya que comenzó a bailar con tan solo 10 años, tras abandonar sus estudios, y a los 12 debutó en el teatro Alcázar de Madrid con la obra "La parrilla".

A principios de la década de los 60 se unió a la compañía de José Greco, con la que realizó una gira por América donde comenzó a despuntar como bailaora.

Esta gira fue la primera de otras tantas que realizaría por otros países, como la extinta Unión Soviética, y Estados Unidos, donde intervino en el 'show' de Ed Sullivan y llegó a actuar ante el presidente John F.Kennedy.

En Madrid fue asidua a los tablaos y fue primera figura en los cuadros flamencos "Los canasteros"y "Las brujas".

Su fama le brindó en 1965 la posibilidad de debutar en el cine con el filme de Mario Camus "Con el viento solano".

A esta cinta le siguieron entre otras "El amor brujo"(1967), de Francisco Rovira Beleta; "Las secretarias"(1969), de Pedro Lazaga; y "Del amor y de la muerte"(1977), de Antonio Giménez Rico.

Durante su carrera fue distinguida con varios galardones, entre ellos el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo por su trabajo en "El amor brujo".