Pretoria

Argentina y la mala afición

Varias organizaciones denuncian el viaje de violentos con la selección / Maradona y Bilardo han negado tener vínculos con los «barras bravas» 

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La selección argentina no está sola en Suráfrica. Los seguidores alientan al equipo allá éste juega; lo que no se sabía es que, según denuncian varias organizaciones, algunos hinchas violentos han llegado a tierras surafricanas en una situación de amparo institucional.

 

Una ONG contra la violencia en los estadios ha pedido que se averigüe si el seleccionador nacional, Diego Maradona, y el director de selecciones de la federación, Carlos Bilardo, están relacionados con el viaje de hinchas violentos al Mundial de Suráfrica. La ONG pide que se sumen estos dos nombres al de Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), al que ya se apuntó el mes pasado como implicado en la salida de «barras bravas» rumbo a Suráfrica.

 

Tanto Maradona como Bilardo han rechazado tajantemente su vinculación con los grupos de aficionados violentos que acompañan a Argentina en Pretoria, en donde el equipo se encuentra concentrado a la espera de su primer partido contra Nigeria el próximo sábado.

 

Asimismo, otra organización presentó un escrito en el Parlamento argentino para que se investigue la presunta financiación del viaje de más de doscientos hinchas violentos en la que estarían implicados funcionarios del Gobierno, y que ascendería a más de dos millones de euros, según apunta la parte denunciante, Maldita Violencia en el Fútbol.

 

Por el momento, diez hinchas argentinos han sido deportados gracias a la información suministrada por las fuerzas de seguridad argentinas a las autoridades de Suráfrica. Entre ellos se encuentra un convicto por homicidio, que violó la libertad condicional de la que gozaba y que será detenido en cuanto entre en el país.

 

Ambas organizaciones apuntan a un mismo nombre: Hinchadas Unidas Argentinas, cuya formación se atribuye al Ejecutivo de Cristina Fernández, que lo niega categóricamente. El jefe del gabinete argentino, Aníbal Fernández, reiteró que el Gobierno no está detrás de grupos violentos: «No quiero ser amigo de ellos, y cuando encontremos algún gesto que ponga en riesgo la seguridad, hay que sacarlos de la cancha».