Caso Marta del Castillo

La metamorfosis de «El Cuco»

El joven, absuelto del crimen de Marta del Castillo, ha camuflado su aspecto y su personalidad

Por Valvanuz Sánchez de Amoraga Psicóloga experta en lenguaje no verbal
Por Valvanuz Sánchez de Amoraga Psicóloga experta en lenguaje no verballarazon

Sevilla- «El Cuco» ya es mayor de edad. Para compensar el año y cuatro meses en un piso tutelado, los jueces suelen aceptar el criterio establecido en una instrucción del fiscal de Sala de Menores del Supremo: cada día de internamiento en un centro cerrado equivaldría a dos días de estancia en régimen semiabierto y a cuatro días de libertad vigilada. «El Cuco» pasó 500 días en régimen semiabierto, lo que supondrían 250 en uno cerrado. Nueve meses interno cuentan como tal, por lo que ya habría cumplido, con este criterio, 17 meses y diez días. Desde su salida del internamiento cautelar hasta ahora, apenas salía por temor a ser reconocido. Sólo ha realizado unas declaraciones públicas, al programa «Espejo Público», y defendió que se autoinculpó porque «me dijeron que meterían a mi madre» como imputada. Ahora vivía en Pino Montano, en un piso de protección oficial de la Junta de Andalucía, con su madre, Rosalía, y su padre, el mismo que no fue capaz en su juicio de ratificar su coartada y prefirió no declarar.

Javier García Marín ya no es el niño de 16 años con apariencia indefensa que se escondía ante una capucha cuando iba a declarar al Juzgado de Instrucción. Ni tiene el pelo corto ni de punta. Ha superado la mayoría de edad, ha dado un estirón, se ha musculado y se ha dejado una larga melena entre cobriza y rubia que lo confunde con una chica. Al andar, se contonea, como los integrantes de la banda «The Bird» en «Grease». El «ciudadano Cuco», que ya pasó 27 meses recluido de forma preventiva tras el crimen de Marta del Castillo, ha salido absuelto de los delitos de violación y asesinato y, a pesar de que el juez de Menores y la Audiencia de Sevilla consideran que sabe dónde está su cuerpo, guarda silencio, sin aparente remordimiento y sin confesar el paradero.

Como una víctima
«El Cuco» no es un tipo que se achique. Todo invita a pensar que cuando pasó ante el juez instructor como el fiable de los imputados, por la convicción de sus declaraciones y su postura de «amenazado» por el hermano de Carcaño –algo que ahora dice que se inventó por presiones policiales– respondía más bien a una estrategia de supervivencia que, a todas luces, le ha salido bien. Su amigo Miguel es un maestro de la manipulación y del arte de sacar ventajas al victimismo. Algo debió de aprender. Consiguió que, de entrada, el juez de Instrucción le diera «una extraordinaria credibilidad». Se mostró como una víctima, amenazado por el hermano de Miguel. La narración de Carcaño dibuja a un adolescente capaz de violar a su «amiga». En un careo, se «comió» a Miguel. Durante tres semanas escenificó el dolor ante los amigos y llegó a decir que mataría a quien le hubiera hecho algo a Marta. Trabajó en la búsqueda, aunque con retraso. El día de la desaparición, según él, se fue de marcha. Llamó a Samuel desde una cabina y mandó un sms a Marta: «No tengo saldo». Preparando la coartada. En su juicio, no se ha derrumbado.

«El Cuco» tenía una fijación por Marta. No paraba de mandarle fotos a Tuenti y de piropearla. En cambio, la joven le trataba como a un niño porque era dos años menor que ella y tenía su punto de mira fijado en Carcaño. «El Cuco» nunca aceptó que la joven lo rechazara. En el juicio a los adultos aseguró que «se enrolló con Marta un año antes y quedaron tan amigos». Miguel no lo sabía. Al macho alfa de la pandilla, con todo el perfil del maltratador, no le habría gustado.

Estuvo marcado por la convivencia con las parejas de su madre. El marido de su madre, con quien se crió, guardia civil, se fue de casa al sospechar lo que el ADN demostró. Javier García Marín bebía desde los 11 años; fumaba también porros. «Estaba durmiendo la mona», aseguró en el juicio al referirse a la hora en que se cometió el crimen.



Su ficha judicial
1.- ABSUELTO
El Supremo absolvió al joven el pasado día 20 de los cargos de violación y asesinato de Marta del Castillo.
2.- CONDENADO
El Tribunal sí que condenó a «El Cuco» a 2 años y 11 meses por encubrir a Miguel Carcaño.
3.- MULTADO
El joven y sus padres fueron condenados a pagar los 414.908 euros que costó buscar el cuerpo de Marta.
4.- RECURSO
La Fiscalía no recurrirá la absolución de «El Cuco». No así, la familia de la joven sevillana, que presentará un recurso.


Lo que esconde el nuevo «look»
 PELO LARGO Su aparición con el pelo largo y teñido no es más que un «disfraz» que le permitirá recuperar el anonimato cuando pase el juicio con un simple corte de pelo.
EL APODO A Francisco Javier se le conocía entre sus amigos como «El Cuco». En las pandillas, los apodos despersonalizan y de alguna manera hacen que sientas que el que actúa no eres tú con nombre y apellidos, sino alguien con identidad de grupo.
MODA ACTUAL «El Cuco» viste como un joven de su edad. Sin embargo, resultó llamativo que utilizara gafas de sol ya dentro del tribunal. Sin duda es una coraza psicológica que permite mantener distancia emocional.
ANDARES FIRMES Y BRUSCOS Así se presentó en la Audiencia de Sevilla en un intento de mostrarse más fuerte de lo que es. Dicho en un refrán: «Dime de lo que presumes...», o lo que es lo mismo, no reflejar flaquezas.