Barajas

Aznar alerta de que España está en situación límite «intervenida de hecho»

El Aznar de su «anterior vida» es lo que trajo a la memoria el Aznar que ayer intervino en la inauguración de la I Cumbre del PP en el exterior. Por la fuerza de su discurso, por la contundencia y por la energía que desplegó.

Aznar: España está intervenida «de hecho» y veremos si «de derecho»
Aznar: España está intervenida «de hecho» y veremos si «de derecho»larazon

Y eso que él, como acostumbra en la escasa vida de partido que ha hecho hasta ahora, también ayer se cuidó de recordar que hoy son otros los que ejercen el liderazgo de la organización política, por cierto, «bajo una responsabilidad histórica» por la situación «límite» que atraviesa España.

El ex presidente del Gobierno subió al atril con el aviso preventivo de que tenía que ser breve porque debía tomar un avión en el aeropuerto de Barajas. Ahora bien, las prisas no mermaron el marcaje implacable al Gobierno de Rodríguez Zapatero ni limitaron los mensajes a su partido y a su dirección, cuidándose, eso sí, de dejar muy claro que está con Rajoy, y que las advertencias por lo que hay en juego y por la obligación que tiene el PP de estar a la altura de las circunstancias no esconden dudas sobre su «capacidad», «voluntad» y «coraje» para lidiar el toro que le espera en la plaza, dando por hecha la victoria en las próximas generales.

Subido a esa atalaya, advirtió a su formación de que el objetivo no es estar por estar en el gobierno y que se equivocan quienes crean que bastará con no cometer los «disparates» del PSOE y con aplicar una política económica de «sentido común» para arreglar la profunda crisis que sufre España. «Eso es absolutamente indispensable, pero no es suficiente» porque el alcance del problema económico, político y social exigirá «tomar decisiones muy importantes» y difíciles. Por tanto, aviso para navegantes: no vale sólo con el cambio, sino que el PP tiene la responsabilidad ante la sociedad española y ante la historia –continuó– de comprometerse con las actuaciones que requiere un escenario tan complicado como el que representa una España intervenida «de hecho» y que ya se verá, porque es lo que hoy está en discusión, si también lo está «de derecho». «Quienes tienen el liderazgo del partido es quienes tienen una mayor responsabilidad. Y a ellos hay que apoyar más que a nadie y hay que pedirles más que a nadie que tengan el coraje y la determinación suficiente para reconstituir la España de las oportunidades». Una llamada que envolvió en una significativa declaración de apoyo a Rajoy. «El apoyo más modesto y decidido es el mío», proclamó, en ausencia del líder, que no será hasta hoy cuando se desplace a León para clausurar el acto político. Rajoy, por tanto, no escuchó de primera mano la urgencia con la que Aznar llamó al PP a dejarse la piel en la calle para ganarse en las urnas una mayoría absoluta que les permita gobernar «sin entretenerse en negociaciones de menor cuantía o en conflictos territoriales o en pequeñas rencillas de ventajas de pequeños partidos nacionalistas». «Habrá que pedirles a los españoles un mandato no sólo para estar en el gobierno sino para cambiar las cosas».

El programa ambicioso, realista y reformista con el que, a su juicio, debe comprometerse el PP tendría que incluir medidas como la reordenación competencial del Estado autonómico. Yendo un paso más allá de lo que hasta ahora ha defendido oficialmente la dirección popular, Aznar advirtió de que el Estado actual se ha convertido en un «Estado marginal», y, por tanto, no es viable. «Tiene que ser reformado no sólo en cuanto al gasto, sino en cuanto a la ordenación de lo que es responsabilidad de cada uno. España no da para tener 17 instituciones que hagan las mismas cosas», puntualizó.

Al lado de esta mirada, con las luces largas, a las tareas que tendrá que afrontar el PP, Aznar colocó una demoledora crítica de Rodríguez Zapatero y de su gestión. «Incompetente», «incapaz», «insolvente»... «Que ha hecho daño y sigue haciéndolo»; que «se marcha de los sitios por si acaso»; que «negocia con terroristas»; que «paga a terroristas que le piden un rescate»; o que «distingue una ETA buena y mala, una Batasuna buena y una mala cuando sólo hay una y sólo quieren que cedamos para volver a las instituciones».