La Fiscalía pide ingresar en un psiquiátrico a Breivik

 Hay "claros signos"de que Breivik no se encontraba en estado psicótico al cometer los atentados, pero el primer informe psiquiátrico que se le realizó, y que le diagnosticaba como esquizofrénico paranoico, "presenta una duda real", sostuvo el fiscal Svein Holden.

La existencia de incertidumbre sobre la responsabilidad penal de Breivik, acentuada por un segundo informe que no le consideró psicótico, es clave para la Fiscalía, que actúa según el principio de que "es peor condenar a un psicótico a la cárcel que a un no psicótico a tratamiento psiquiátrico".

Holden resaltó en la vista, transmitida en directo por la televisión pública noruega NRK, que es "difícil"presentar objeciones contra la opinión de los primeros psiquiatras acerca de los "delirios de grandeza"que constituyen la base de la supuesta paranoia, un diagnóstico apoyado por la Comisión de Medicina Forense.

Las respuestas del propio Breivik al respecto durante el juicio, su "tenacidad"en defender la existencia de la red terrorista de "Caballeros Templarios", fortalecen ese diagnóstico, según los fiscales, que no creen que exista "tal y como él la describe".

Holden admitió no obstante la posibilidad de que el tribunal disienta de esa opinión, por lo que en ese caso, "de forma subsidiaria"pidió una pena de custodia de 21 años para el extremista, que reaccionó con una sonrisa.

La presentación de las conclusiones de la Fiscalía ocupó la penúltima vista del juicio en Oslo contra Breivik, que se ha prolongado durante diez semanas y que se cerrará este viernes con el turno de la defensa y con una declaración final del acusado, que en principio no será retransmitida por las televisiones.

La sentencia se conocerá el 20 de julio o el 24 de agosto, según ha informado con anterioridad el tribunal de Oslo.

Breivik ha dicho en otras ocasiones que recurrirá si es condenado a recibir tratamiento psiquiátrico, porque él se considera penalmente responsable de los actos.

Un eventual caso de apelación comenzaría el 15 de enero de 2013.

Anders Behring Breivik hizo estallar el 22 de julio una furgoneta bomba en el recinto de edificios gubernamentales de Oslo, causando la muerte a 8 personas.

Justo después se trasladó en coche a la isla de Utøya, al oeste de la capital, donde causó una matanza a tiros en el campamento de las Juventudes Laboristas en la que murieron 69 personas.

Breivik pretendía castigar así al Partido Laborista, al que señala como principal culpable de la "islamización"de Noruega, que considera una "amenaza"contra la supervivencia del pueblo de este país escandinavo.