«Se buscan superhombres»

MADRID- En 2008, Marc Costa tenía 22 años, una edad insuficiente para el proceso de selección de astronautas que abrió la ESA en ese momento; aun así acudió a las charlas informativas que se organizaron en España. Él quería y quiere viajar al espacio, «por eso me metí a estudiar ingeniería aeronáutica». «Cuando eres pequeño te fijas en aquella profesión que implica algo de heroico y ya que aquí todo está explorado, el espacio es el siguiente destino», explica el que hoy es becario de la agencia europea en su sede madrileña de Villafranca del Castillo. Al menos un treinta por ciento de la gente que entró en mi carrera tenía el sueño de ser astronautas «aunque no te lo reconozcan». Pedro Duque es la referencia de todos ellos, ya que «fue de los primeros ingenieros aeronáuticos españoles en entrar en la ESA». Reconoce que si hoy volvieran a convocarse plazas para ser astronauta, «me presentaría». Pero duda de que fuera uno de los escogidos: «La probabilidad es tan baja que dedicar toda tu carrera a ese fin no compensa». Los requisitos que impone la Agencia son muy exigentes. Buscan a una persona sana pero que pese muy poco. «No puedes ser muy alto, ni musculado, ni ancho porque tanto el peso como la altura son determinantes para viajar al espacio por las medidas del vehículo y la necesidad de reducir al máximo los kilos que se envían. Buscan superhombres. Yo llevo gafas, así que no pasaría las primeras cribas», explica el joven. El programa europeo no se centra en las misiones tripuladas, por eso las posibilidades de que se produzcan nuevas selecciones es escasa. En la NASA, al contrario, «hay muchas convocatorias. Lo malo es que sólo se pueden presentar los norteamericanos».