Galicia
As Pontes: De explotación minera a ser el mayor lago de España
Endesa ha culminado con éxito la rehabilitación de la mayor mina a cielo abierto que había en nuestro país. La escombrera es hoy un vergel con más de 600.000 árboles y 180 especies de fauna. Y la extensión degradada por la extracción del lignito que alimentaba la central térmica hasta finales de 2007 se ha transformado en un lago en el que pueden verse bogas y truchas
Caballos, jabalíes, truchas e incluso corzos pueblan hoy el que fuera en otro tiempo la mayor mina a cielo abierto de España y sus alrededores. La explotación minera de As Pontes, en A Coruña (Galicia), que explotó Endesa entre 1976 y 2007, es en el actualidad el mayor lago del país, no sólo de los artificiales sino también de los naturales. Y su escombrera, un hábitat en constante evolución idóneo para las más de 180 especies de fauna tasadas por la Universidad de Santiago, gracias a los más de 600.000 árboles que han crecido aquí durante los últimos 20 años.
La compañía que preside Borja Prado arrancó el proyecto de rehabilitación para la explotación minera en 1983 con la presentación del estudio de impacto ambiental de la escombrera. Todo un reto de ingeniería que culminó el pasado día 18 de abril a las 14:00 horas cuando el agua del lago rebosó. Un logro que demuestra que la presión de la actividad humana sobre el entorno puede «borrarse», devolviendo a la naturaleza la belleza que en su día tuvo la zona.
Los datos del megaproyecto hablan por sí solos. Lo que al concluir la actividad minera a finales de 2007 era una extensión degradada por la extracción del lignito que alimentaba a la central térmica de 1.400 MW –hoy lo hace con carbón importado de Indonesia–, es en la actualidad un gran lago azul intenso de 865 hectáreas que acumula 547 hectómetros cúbicos de agua. En él ya hay peces, «bogas, truchas y espinosos que han llegado del río Eume», explica Anibal Gil Bueno, jefe de Restauración y Medio Ambiente del Centro Minero de As Pontes de Endesa.
Cómo evitar la acidificación
Pero para que la vida conquistara este enclave hídrico había que evitar la acidificación del agua. Para ello, pusieron una capa de arcilla blanca que proporciona ese color al lago de fondo azul sobre las 220 hectáreas de superficies carbonosas. De este modo, «se ha impermeabilizado el terreno y se ha evitado el contacto de las aguas con el carbón», explica Juan Carlos Alonso Encinas, subdirector general de Minas de Endesa. Unas aguas que vienen de la lluvia y sobre todo de los aportes de los ríos. De media, cada año han entrado en esta depresión del terreno 140 hectómetros cúbicos de agua, de los que el 63 por ciento procedía del río Eume.
Esta medida ha aportado calidad a las aguas, así como la construcción de humedales artificiales y la implantación de vegetación en las orillas del lago. Tal es así que la calidad de las aguas es superior a la prevista. De hecho, podría ser potable sólo con filtrarla.
Para evitar avenidas, el desagüe del lago se lleva a cabo a través del antiguo cauce del río Carracedo, recuperando así un sistema hídrico similar al que había antes de la explotación minera. Y es que la zona rehabilitada es un área de alta pluviosidad, de ahí que la decisión de formar un lago fuera considerada acertada para evitar al máximo de lo posible futuras inundaciones. Además, «estamos hablando con Aguas de Galicia para que el enclave hídrico sirva como elemento regulador de las aguas del Eume, de modo que si este río está demasiado lleno, el lago pueda cobijar los excedentes e ir devolviéndolos paulatinamente» al Eume, añade Alonso Encinas.
Y cuenta a su vez con una playa de 30.000 metros cuadrados, cuya arena, aunque proceda, según Gil, «de las canteras de granito de la zona», resulta asombrosamente fina.
Una playa y un lago de los que en breve podrán disfrutar los vecinos y los visitantes que hasta aquí se acerquen, una vez que Endesa entregue a Galicia la gestión del lago. Algo que, quizá lleve su tiempo, pero que, según el alcalde de As Pontes, Valentín González, «creo que los vecinos podrán disfrutar de la playa este verano».
Asimismo, el lugar, según Endesa, encierra un sinfín de oportunidades socioeconómicas compatibles entre sí. De ocio, como el desarrollo náutico de la zona, turísticas e industriales, para aquellas actividades que requieran agua para el desempeño de su actividad. Para ello, Endesa y el Ayuntamiento elaborarán el Plan Territorial Integral de la Zona, bajo la tutela de la Xunta.
La única sombra, «las ofertas macroubanísticas» que, según el alcalde, ya han llegado al Ayuntamiento. Si bien el alcalde reconoce, que, «una parte sí se estima que será urbanizable, pero bajo determinadas condiciones de altura y demás factores». La otra, la pérdida de empleo en As Pontes tras el cierre de la actividad extractiva, tal y como afirma el alcalde de As Pontes, antiguo trabajador de la mina. «Aunque hay potencial para crear empleo aquí, si se hace bien. Aunque es muy difícil recuperar los miles de trabajadores que había antes». Quizá en eso ayude el Plan de Desarrollo para la zona que diseñó Endesa en 1997, a través del cual ya se han implantado 50 nuevas empresas; una iniciativa considerada «modélica» por la Unión Europea.
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