Fundación Víctimas del Terrorismo

Un año lleno de sinsentidos por Ángeles Pedraza

Las manos blancas simbolizaron, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la fuerza de las víctimas para enfrentarse a los asesinos
Las manos blancas simbolizaron, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, la fuerza de las víctimas para enfrentarse a los asesinoslarazon

Aún recuerdo la vorágine de aquel 20 de octubre de 2011. Llamadas de medios, de asociados, de políticos… Me costaba entender la importancia que se le estaba dando a un comunicado en el que ETA no decía nada nuevo ni aportaba nada diferente a todo lo que había dicho anteriormente: sus mentiras y estrategias encaminadas exclusivamente a engañar a la sociedad y lograr que su rama política culminara la vuelta a las instituciones que ya había iniciado Bildu.

Me sigue sorprendiendo la cantidad de buenismo que observé en algunos políticos que rápidamente se subieron en el carro del borrón y cuenta nueva. Y ése, y no otro, es lo que más tememos las víctimas del terrorismo. Un final falso, cruel e injusto a la medida de lo que desean ETA y sus amigos. Esos que nunca han condenado los asesinatos y que, sólo hace unos años, aplaudían y brindaban por cada muerto.

Titulo este artículo «Un año lleno de sinsentidos». Es fácil adivinar a qué me refiero. ¿Qué ha hecho ETA para que las cosas hayan cambiado? Nada. No han abandonado las armas, no han pedido perdón a las víctimas, no han colaborado con la Justicia ni se han entregado a las autoridades, no han ayudado a esclarecer los más de 300 crímenes que quedan sin resolver…
Pero ni los terroristas ni sus fuerzas políticas; ni Bildu ni Amaiur ni EH Bildu han mostrado el más mínimo signo de cambio en sus comportamientos. Su única ambición es equiparar a las víctimas de otras violencias con los casi mil muertos y los miles de heridos que ha provocado la barbarie terrorista de ETA. Hablan aquí y allá de un conflicto que sólo existe en sus mentes fanáticas. Y no hay espacio para el perdón ni para asumir ningún tipo de error en el pasado. Nada. Son los abanderados de ese borrón y cuenta nueva.

Qué pánico me produce pensar en que se acepte ese final. A lo largo del año he recibido muchísimas llamadas de víctimas atemorizadas ante tantos pasos atrás. He escuchado a viudas llorar al ver que muchos de los que reían por el asesinato de su marido ahora ocupan puestos de poder en las instituciones vascas e incluso en el Congreso de los Diputados. ¿Qué palabras de consuelo puedo tener cuando durante todo este año se ha pisoteado continuamente la Memoria y la Dignidad de las víctimas del terrorismo?

Y mientras ese mirar hacia otro lado se impone en buena parte de la clase política, cada poco tiempo aparecen informes policiales señalando que ETA no ha abandonado la actividad armada. ¿Sólo las víctimas damos importancia a esos datos? ¿Por qué se insiste en pasar página de manera continua?

Este 21 de octubre, veremos cómo el brazo político de los terroristas cerrará el círculo en su vuelta a las instituciones con la entrada de EH Bildu al Parlamento del País Vasco. ¿En algún momento han condenado a ETA? No. Pero sí que han clamado por la libertad de los asesinos que están entre rejas y han escrito una carta tratando de interceder por Otegi, que, aunque muchos lo olviden, está condenado por pertenecer a ETA. Otro varapalo más.

Cuando pienso en el futuro, la imagen que viene a mi mente cada vez está más alejada de esa derrota total de ETA por la que tanto se ha luchado desde la AVT y por la que ha clamado tantas veces la sociedad española. Ese final que sólo se alcanzaría con una política antiterrorista firme que implique el cumplimiento íntegro de las condenas y ninguna concesión ni para los asesinos ni para los que siempre les han protegido y vitoreado.

Finalizo este artículo formulando un deseo: ojalá las víctimas del terrorismo, que tanto daño hemos soportado, no tengamos que aguantar que el punto final a esta sangrienta historia sea el que pretenden los terroristas. Sería una historia falsa y alejada del relato real de lo que en este país hemos sufrido durante más de 50 años. Que lo que aquí ha ocurrido no quede en el olvido y que a ETA no le salga gratis ni una sola de las vidas que arrancaron. Y, por supuesto, que nadie olvide a las víctimas, esos héroes que merecen un final digno, escrito con la tinta de la Verdad, la Memoria, la Dignidad y la Justicia.

 

Ángeles Pedraza
Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo