España

La bofetada

La Razón
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Una rotunda y dolorosa bofetada al civismo y el sentido común. La cadena y la medalla de oro. En la solapa izquierda un pin con el número de preso de Arnaldo Otegui. Entre sus acompañantes, dos de los más duros y perversos dirigentes batasunos, Echeverría y Permach. En sus manos, casi novecientos millones de euros. El arsenal puede considerarse asegurado. Ni una palabra de condena a la ETA. Nadie se condena a uno mismo. Y ningún indignado tardío. Ellos están para molestar a Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón, Rita Barberá o María Dolores de Cospedal. ¡Qué casualidad! Todos del Partido Popular. Rubalcaba manejando los hilos de su último hallazgo. A propósito. ¿Quién sufraga los gastos de desplazamiento, de manutención y de mantenimiento de los indignados tardíos? ¿Los fondos reservados del Ministerio del Interior?

Una rotunda y dolorosa bofetada a la ciudadanía, a las víctimas del terrorismo, a sus familias. El sometimiento de seis individuos ha propiciado el retorno a los tiempos más oscuros de la libertad recuperada. España, al almacén de objetos inútiles. La Bandera en el trastero. Los etarras adueñándose de los espacios civilizados. Las policías locales a sus órdenes. Ni un solo indignado boicoteando los actos de relevo del poder cuando Bildu lo obtiene. Señor Rubalcaba, distribuya mejor y con más equilibrio a sus indignados. No está bien lo que hace. Envíese un centenar de ellos a los aledaños del Ministerio del Interior para que lo insulten aunque sea con la voz muy bajita. O al ministerio del Trabajo, o al de Economía y Hacienda, o la Presidencia del Gobierno. La gente empieza a dudar de la imparcialidad del extraño movimiento. El Gobierno socialista alcanza por su desastrosa gestión la cifra de cinco millones de parados, y los indignados la toman con el Partido Popular. ¡Hombre, don Alfredo! Mejor criterio y más equilibrio en la distribución de elementos enfadados.

Pero es infinitamente más grave lo de Bildu. ¿Qué rendimiento positivo han imaginado ustedes para conseguir que seis sometidos abran la puerta de las instituciones democráticas a los aliados del terrorismo? ¿Qué penúltima barbaridad de Zapatero y los suyos –usted incluido–, se está programando desde el silencio? ¿Qué han entregado a los nacionalistas a cambio de un apoyo parlamentario a tan corto plazo? Ustedes son capaces de ofrecer todo a cambio de nada, porque nada es lo que les queda. ¿Se figura al entorno del terrorismo administrando novecientos millones de euros desde la Diputación de Guipúzcoa? Yo sí, señor ministro. Y decenas de millones de españoles también.

Estaban acorralados y ustedes, en beneficio de no sabe qué proyecto político, les han abierto las puertas con la complicidad y obediencia de seis magistrados en cuclillas. Más de doscientos mil vascos viven alejados de sus raíces en diferentes puntos del resto de España. En unos meses serán trescientos o cuatrocientos mil. La vida y la tranquilidad son muy importantes, señor Rubalcaba. La política no es un juego de artimañas, sino una ciencia, un ejercicio de servicio a la comunidad. A ustedes sólo les importa su supervivencia en el poder. Lo han infectado todo. Metástasis invasiva.

Lo de sus indignados carece de importancia en comparación con lo de Bildu. Ustedes lo han hecho posible. Permítame que olvide viejos afectos y le manifieste mi desprecio por su candidatura.