Teherán
Los Rolling se desnudan en Cannes
Jagger, el esperado, presentó el documental sobre la época de «whisky, champán, drogas y chicas sin ropa» de la banda, la misma en que compusieron «Exile on Main Street», su obra maestra
Sólo faltaba el pie del micrófono y Keith Richards. Mick Jagger se deslizó hasta el escenario del Teatro Croissete de Cannes como si fuera a ofrecer un concierto: con el público gritando y puesto en pie. Venía en plan productor, con chaqueta y camisa blanca, aunque le traicionaron las deportivas. Jagger no quiere ponerse melancólico, «lo que pasó, pasó». Aun así, reconoce que el documental «Stones in Exile», sobre su salida de Gran Bretaña y la gestación de «Exile on Main Street», su álbum inmortal, evoca un tiempo «en el que éramos jóvenes, guapos y estúpidos, ahora sólo somos estúpidos». «Reconozco que no es muy «cool» decir que nos fuimos por cuestiones de impuestos»; «si queríamos seguir adelante teníamos que irnos»; «pensábamos que no íbamos a volver»; «nadie pagaba sus impuestos entonces»... Así se justifican estos multimillonarios en el arranque de la película: El fisco británico acosaba a la banda, que decidió poner el Canal de la Mancha de por medio y asentar su satánico reino en la Costa Azul, donde, durante una época, pasaron desapercibidos.
Director multipremiadoY eso que la casa de Richards era un búnker repleto de «whisky, champán, droga y chicas con poca ropa». Cuatro decenios después, Morritos Jagger encargó al multipremiado documentalista Stephen Kijak que cosiera en 60 minutos los retazos de aquella época: 35 cajas de negativos de Robert Frank, el fotógrafo que llegó a aquella mansión para una sesión y se quedó seis meses, súper 8 caseros, periódicos de la época y testimonios de la banda y alrededores (Scorsese, Benicio del Toro, Sheryl Crowe...). «Me he dado cuenta de lo difícil que es el cine, pues resultó muy complicado recopilar el materia: una parte necesitaba permisos y otros querían cobrar, y la producción no tenía presupuesto suficiente». La avidez de cualquier «voyeur» queda satisfecha al colarse en las fiestas que inspiraban a los Stones: «La droga la usaba para esconderme de toda esa mierda de la fama, pero yo sólo quería tocar y formar una familia», figura entre las confesiones del filme. Pero el «fan» fatal logrará además conocer qué peregrinas razones motivaron a terminar una canción de esa y no de otra manera. Por poner un ejemplo, asombra que un tema como «Casino Boogie» se compusiera formando un puzzle de frases sueltas que encajaron una noche sin mucha fe.
«No hay nada mejor»Así se escribe la historia de la música. Ahora, este álbum, que se acaba de reeditar, es el más alabado de la banda. El que incluso los detractores de la banda salvan de la quema, como queda también claro en el filme. «Se puede criticar la ausencia de una dirección clara en el disco, pero ese era uno de los objetivos», reflexiona Jagger. Para muchos, como confiesa el actor Benicio del Toro en la frase final: «no hay nada mejor».
Panahi, en huelga de hambre Desde el 1 de marzo, Jafar Panahi está encarcelado en Teherán. El martes lo recordó su colega y mentor Kiarostami desde La Croisette, mientras a Juliette Binoche se le caían las lágrimas recordando la situación del cineasta. Aunque no esté en Cannes, su presencia se deja sentir cada día. Ayer, la esposa de Panahi, Tahereh Saeedi, confirmó que el director está en huelga de hambre en la prisión de Evin.En declaraciones a la web Rahesabaz, afín a la oposición reformista, explicó que le comunicó su decisión durante una breve charla telefónica. «No he comido ni bebido nada desde la mañana del domingo y continuaré sin hacerlo hasta que se acepten mis reivindicaciones», dijo, que son el acceso a un abogado tras casi 80 días en prisión, régimen abierto de visitas familiares y ser liberado tras someterse a juicio.
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