Estados Unidos

Un ex espía desvela que Fidel Castro conocía el complot contra Kennedy

Hubo un complot para matar a John Fitgerald Kennedy. Cuba estaba al tanto de lo que se preparaba y, por supuesto, no hizo nada para evitarlo. Así lo asegura ahora un ex agente de la CIA que aporta material inédito procedente de los servicios secretos.

Un ex espía desvela que Fidel Castro conocía el complot contra Kennedy
Un ex espía desvela que Fidel Castro conocía el complot contra Kennedylarazon

Los misterios en torno al asesinato de John Fitgerald Kennedy ya tienen un nuevo ingrediente. Y con todos los elementos para dar que hablar: un ex espía de la CIA, material inédito, confesiones 40 años después y un libro revelador. Y, de fondo, la alargada sombra del dictador cubano Fidel Castro.

Brian Latell es un agente retirado de la CIA con buena memoria y ganas de desvelar una información que, en su opinión, no debe permanecer oculta por más tiempo. El próximo mes sacará al mercado "Los secretos de Castro: La CIA y la maquinaria de inteligencia cubana", un libro en el que aporta material inédito sobre la implicación de los servicios secretos cubanos en el asesinato en 1963 del presidente de Estados Unidos, John Fitgerald Kennedy, a manos de Harvey Oswald.

Su teoría se resume en la confesión que supuestamente hizo uno de los agentes de la embajada de Cuba en México: "Castro lo sabía. Ellos sabían que iban a matar a Kennedy". Así lo han desvelado ahora varios espías cubanos que se pasaron al bando de Estados Unidos, y que aportan revelaciones hasta ahora inéditas que permiten al autor concluir que Fidel Castro conocía las intenciones de Oswald y, por supuesto, no hizo nada por evitarlo.

Las motivaciones de Oswald para matar a JFK

Según el anticipo del libro que ha publicado el diario de Miami"El Nuevo Herald", Oswald tenía vínculos con personal diplomático del régimen cubano, hasta el punto de que adelantó sus planes para matar a JFK a los miembros de la embajada cubana en México, como una declaración de intenciones para demostrar su fidelidad a la dictadura comunista.

De este episodio dan cuenta, entre otros, el espía Jack Childs, que contó al FBI que Fidel Castro le dijo que Oswald "entró como una tromba en la embajada, exigió una visa, y cuando se la negaron, gritó mientras se marchaba: "¡Voy a matar a Kennedy por esto!"

Su promesa de matar a JFK debía ser el salvoconducto que le abriera las puertas de la isla. Cumplió su palabra pero, como es bien sabido, no pudo cumplir su objetivo.

La información, según supone Latell, le vino como agua de mayo a Castro, que vio en aquel complot en ciernes la oportunidad de librarse de su archienemigo, no solo por ser el

presidente de los Estados Unidos, sino porque la rivalidad entre ambos, con la crisis de los misiles como telón de fondo, se había convertido en algo así como una cuestión personal.

Unas horas antes del crimen

Latell relata en su libro una serie de pruebas que apuntan que en La Habana se tenía noticia de los planes para asesinar a Kennedy. Al oficial de la inteligencia cubana encargado de rastrear los pasos de la CIA, Florentino Aspillaga, le dieron, apenas unas horas antes del atentado contra JFK, una orden muy concreta: "La jefatura quiere que abandones todo el trabajo sobre la CIA, todo", para concentrarse exclusivamente en Texas: "Cualquier detalle, por pequeño que fuese, en Texas".

Aquel incomprensible cambio en la rutina cobró sentido poco después, cuando el espía informó anonadado del atentado contra JFK. Según Latell, Aspillaga, el desertor más valioso de la inteligencia cubana, informó de lo ocurrido a sus controladores en la CIA cuando desertó en 1987, pero la información permaneció en secreto hasta que ahora se la ha contado al autor del libro. Su conclusión es clara: "Castro lo sabía", según se recoge en el adelanto editorial publicado por El Nuevo Herald.

Latell, analista retirado de la CIA, fue director de inteligencia de América Latina, y ahora es investigador adjunto del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami. En su libro, que en inglés lleva el título de Castro's Secrets: The CIA and Cuba's Intelligence Machine, recoge entrevistas con espías cubanos que desertaron, así como documentos desclasificados de la CIA, el FBI, el Pentágono y otros órganos nacionales de seguridad.

Aún así, el autor deja claro que de su investigación no se puede concluir que Castro organizara el asesinato que conmocionó al mundo, pero sí que sabía perfectamente lo que iba a ocurrir. Un elemento más para alimentar la controversia.