Con razones y datos por José Antonio VERA

Siempre he defendido a Rajoy porque, en lo que le conozco, me parece una persona seria que, más que al márketing y la publicidad, se dedica a resolver problemas y no a aparentar que los resuelve. Es decir, que prefiere pasarse horas metido en un despacho estudiando los temas y sus soluciones, a estar todos los días con un micrófono delante de una cámara vendiendo humo. Otros preferían lo anterior, y hemos visto el resultado. Pero hay gente que no le va a dar al actual jefe del Ejecutivo ni los cien días de rigor y le va a pedir que dimita desde el primero.

Creo que, en efecto, Rajoy podía haber explicado antes en persona las medidas de ajuste tomadas en su primer Consejo de Ministros. Fundamentalmente para no dar argumentos a sus muchos enemigos. Podía haberlo hecho para decir lo que dijo ayer con elocuencia. Lo hubiera entendido todo el mundo o, por lo menos, no se habría dado la oportunidad de zaherir a los inquisidores habituales. Lo expresó con rotundidad: «Aquí hay un presidente del Gobierno que va a dar la cara y no se va a esconder». Para las buenas noticias, o para las malas. Para reconocer que, en efecto, «yo dije en campaña electoral y en Las Cortes que no era nuestra intención subir los impuestos». Si se han subido es «porque el pasado año nos gastamos 90.000 euros más de lo que ingresamos» y había que trasladar una señal «dentro y fuera de España» de que aquí hay un Gobierno dispuesto a cumplir sus compromisos. Algo que la mayoría de los españoles entiende, bien explicado con razones y datos.