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Una mercancía de alta peligrosidad

La Razón
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BARCELONA- «Son auténticas bombas de relojería», comenta sobre los «mulero»s Zoilo Madrazo, cirujano de urgencias del Hospital de Bellvitge, quien al menos una vez a la semana atiende a estos portadores de droga conducidos por la Guardia Civil al centro médico para acometer la extracción de los cuerpos extraños. «En el caso de los ‘muleros' que transportan droga líquida en su interior, las posibilidades de sufrir complicaciones son mucho mayores», destaca el médico. En el último año, Madrazo admite que han aumentado los casos de pacientes con droga líquida en su aparato digestivo, porque es más difícil de detectar. De hecho «muchas veces hasta que no vemos nosotros la radiografía que les hacemos en el hospital no queda confirmada la existencia de cuerpos extraños en su organismo». «La droga en polvo compacta es más evidente, mientras que la líquida puede confundirse con otros líquidos del cuerpo». Pero, por contrapartida, ello supone un riesgo añadido. «Los paquetes de droga líquida no son tan compactos ni tan resistentes, son como globos de agua, por lo que el riesgo de romperse es mucho mayor», advierte el cirujano, quien señala dos factores que pueden propiciar el rompimiento de estas bolsas: por un lado, los movimientos propios del aparato digestivo; por otro, la erosión provocada por los jugos gástricos, razones por las cuales los «muleros» suelen ingerir sustancias que frenan o ralentizan la digestión. Además, las «tuberías» del intestino se estrechan en algunos puntos, en los que aumenta el riesgo de rotura.