Zapatero se acostumbra a rectificar las medidas de su Gobierno

¿Puede un Gobierno regir los destinos de un país sin credibilidad y rectificando con frecuencia sus medidas por miedo a perder votos? Sí, puede. Eso es lo que demuestra José Luis Rodríguez Zapatero con su política de "bandazos".El Ejecutivo ha corregido hoy el BOE para retrasar hasta enero de 2011 la prohibición a los ayuntamientos de endeudarse a largo plazo, matizando así una medida que había anunciado ayer. Es el último capítulo de un historial lleno de rectificaciones. Estas son algunas de las más sonadas: El gasto social sí se tocaZapatero siempre hizo bandera de la política social de su Gobierno. Finalmente, el presidente del Gobierno fue el encargado de anunciar los recortes en gastos sociales. Por el camino se quedó el cheque bebé, la congelación de las pensiones, el recorte salarila a los funcionarios y la eliminación de la retroactividad de las ayudas a la dependencia.El impuesto «fantasma» a las rentas altasLa rumorología sobre el "impuestazo"que anunció Zapatero para "los que más tienen"se disparó desde que fue anunciado. Las especulaciones situaron el límite en el millón de euros, en espera de que el Gobierno tratase el tema e hiciera un anuncio para aclarar el asunto. Al final, nada de nada. Hoy no tocaba, "sólo el recorte del gasto", zanjó Salgado en la rueda de prensa posterior al Consejo.El «pensionazo» puede ser matizadoEl Gobierno se vio ayer obligado a matizar una propuesta de calado a los pocos días de aprobarla en el Consejo de Ministros. En ella se anunciaba una reforma del sistema de pensiones que preveía el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y el aumento del cómputo para calcularla desde los 15 a los 25 años trabajados. La cascada de reacciones en contra de retrasar dos años la jubilación llegó a tal punto que la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, tuvo que salir al paso para matizar la propuesta del Ejecutivo: «Está abierta a la negociación y puede ser matizada». «Es una propuesta abierta, lo ha sido desde el principio», insistió Salgado.Los tramos de deducción por viviendaEl Ejecutivo, presionado por los grupos parlamentarios de izquierdas y por los empresarios del sector de la construcción, se corrió a sí mismo para mantener para algunos tramos de renta la deducción por vivienda. De hecho, el presidente Zapatero aseguró, durante su intervención este lunes en las jornadas organizadas por «The Economist», que se reformará esta deducción, pero en ningún momento se refirió a su eliminación para las rentas superiores a 24.000 euros.420 euros, ¿desde agosto o desde enero?

El Congreso aprobó en octubre de 2009 el proyecto de ley que regula la ayuda de 420 euros a los parados que habían agotado las prestaciones, y la amplió siete meses, por lo que pasaron a percibirla quienes se quedaron sin ayudas desde el 1 de enero. De esta manera se recificó la fecha prevista a partir de la cual se podían cobrar los 420 euros, fijada en un principio para el 1 de agosto. Las críticas de los parados por la desinformación sobre esta ayuda y la arbitrariedad en una fecha como el 1 de agosto motivaron al Gobierno a hacer borrón y cuenta nueva.

Cuba: del silencio al lamento en el «caso Zapata» Un díaa después de la muerte del opositor Orlando Zapata, el presidente del Gobierno lamentó «profundamente» esta pérdida y exigió al «régimen cubano la libertad de los presos de conciencia». Zapatero rectificaba así el clamoroso silencio del día anterior, cuando no tuvo una palabra de condena ni de exigencia hacia el régimen castrista en el IV Congreso Mundial contra la Pena de Muerte.Los fondos a los inmigrantes El Gobierno tuvo que enmendarse la plana a sí mismo y renunciar a recortar en 59 millones de euros el Fondo de Acogida e Integración de los Inmigrantes. El tijeretazo lo había aprobado el Consejo de Ministros, pero el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunció que en «un mes o mes y medio» se restituirá esta partida. La presión de las comunidades autónomas y de la oposición forzó la rectificación de una decisión que afectaba al núcleo del discurso del Ejecutivo para defenderse de la crisis. Es decir, a la promesa de que la penosa situación económica no provocará recortes sociales.