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Bolivia y Paraguay ponen fin a la guerra del Chaco

La Razón
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Bolivia y Paraguay terminaron de zanjar ayer en Buenos Aires un conflicto limítrofe que se remonta a la guerra del Chaco, que ambos países libraron de 1932 a 1935 y que está considerada el mayor enfrentamiento bélico americano del siglo pasado.Con Argentina como garante, los presidentes boliviano, Evo Morales, y paraguayo, Fernando Lugo, recibieron de la mandataria anfitriona, Cristina Fernández, la memoria final de la demarcación del límite internacional entre Bolivia y Paraguay.Este documento fue elaborado por una comisión mixta que delimitó la frontera en cumplimiento del Tratado de Paz, Amistad y Límites firmado por ambos país y del Laudo Arbitral, que datan de 1938. Argentina presidió la comisión como resultado de la decisión de los demás países que han actuado como garantes del tratado: Brasil, Chile, Estados Unidos, Perú y Uruguay.«Es un día histórico para Bolivia y Paraguay, un tiempo de amistad y paz, de solidaridad entre los pueblos», dijo Morales, el primero en hablar durante la ceremonia. «La guerra entre Paraguay y Bolivia no fue provocada por sus pueblos, sino impulsada por las trasnacionales para controlar los recursos naturales», apuntó antes de agradecer la mediación de Argentina y el trabajo de los técnicos de la comisión mixta.También Fernando Lugo definió el acuerdo como un «paso trascendental» para ambos países, reflejo de un espíritu de «pacificación y confraternidad».El presidente de Paraguay abogó por la integración y se refirió al fuerte potencial energético de los dos países: «Si este empeño sincero de fronteras abiertas se concreta, si ese potencial puede ser desarrollado por ambos países sin ninguna intervención de soberanía, servirá también para que pueblos hermanos puedan valerse de la misma para utilizarla en su desarrollo integral», consideró. Cristina Fernández, a su vez, celebró el final de un «enfrentamiento sin sentido» y consideró que la guerra «tuvo olor a petróleo» y «llevó agua a los molinos que no estaban precisamente en América del Sur».Antes de esa ceremonia, realizada en la sede del Gobierno, el canciller argentino, Jorge Taiana, entregó a sus pares David Choquehuanca (Bolivia) y Alejandro Hamed Franco (Paraguay) los tres tomos del informe final sobre la demarcación limítrofe. Los cancilleres y representantes de los países garantes firmaron el acta de cumplimiento y ejecución del Tratado de Paz, Amistad y Límites entre Bolivia y Paraguay.La línea fronteriza se extiende a lo largo de casi 700 kilómetros, entre el vértice del río Pilcomayo hasta el formado por el río Negro y el río Paraguay.«Este acto significa un paso más en el proceso de integración regional. Concluye un evento histórico que refuerza el proceso de hermandad, democracia y cooperación que hoy viven y que construyen nuestros pueblos», aseguró Taiana.Choquehuanca, por su parte, recordó que «en algún momento de la historia las fronteras eran para dividir», pero «ahora los límites están orientados a estimular la integración entre los países».Según los historiadores, el control del Chaco Boreal –cruzado por el río Paraguay– era estratégico para los dos únicos países de Suramérica que no tienen salida al mar y el conflicto fue alentado por las empresas petroleras ante la creencia de que en esa región existían enormes reservas de hidrocarburos. La contienda enfrentó a unos 250.000 soldados bolivianos contra unos 150.000 paraguayos y dejó casi 100.000 muertes, buena parte de ellas afectados por la malaria, la falta de agua y la grave impreparación de los servicios de Sanidad e Intendencia de ambos bandos.Un obispo exhorta a Lugo a casarseUn jerarca de la Iglesia católica sugirió a Fernando Lugo que se case con una de las mujeres que tuvieron hijos con él, para calmar el escándalo de paternidad de tres mujeres que señalan tener niños suyos, aunque sólo ha reconocido a uno. El obispo de Caacupé, Claudio Giménez, indicó que el presidente «sabe lo que tiene que hacer y evidentemente tiene que estar la posibilidad de unir su vida con una de ellas, o sea, formar un hogar». Giménez señaló que un casamiento «le va a dar tranquilidad» al ex clérigo y va a «aquietar las aguas» porque, a su juicio, es blanco de insistentes críticas de políticos, incluso por parte de su partido.Lugo pidió perdón por la crisis que ha generado en su Gobierno y aseguró que cumplirá los cinco años de su mandato, que finaliza en agosto de 2013.